El fuego, que alcanzó el nivel 2 del Índice de Gravedad Potencial (IGP), arrasó una superficie estimada de 2.970 hectáreas de pasto y matorral, aunque las cifras definitivas aún están pendientes de confirmación. La mayor parte pertenecen al paraje del Campo Azalvaro y son del término municipal de Ávila capital.

El siniestro, originado en la cuneta izquierda de la carretera CL-505 (tramo Ávila-Las Navas) a la altura del Alto de Valdelavía, se inició con tres focos distintos, por lo que se considera provocado, aunque se mantiene abierta la investigación sobre su origen. Durante las primeras horas, el fuego llegó a avanzar a una velocidad de 35 metros por minuto, alcanzando un frente de diez kilómetros y un perímetro total de 30 kilómetros.

Ante la amenaza que suponía para la población y el entorno natural, se decretó el nivel 2 de peligrosidad, lo que obligó a la evacuación de los vecinos de las localidades de Urraca-Miguel y Ojos Albos. No fue hasta el lunes cuando se rebajó a nivel 1 tras la mejora de las condiciones y el control de las llamas.

Uno de los puntos críticos tras la extinción del incendio ha sido el entorno del embalse de Serones, principal fuente de abastecimiento de agua potable para la ciudad de Ávila. Para prevenir la contaminación del pantano por las cenizas del incendio, efectivos del Regimiento de Especialidades de Ingenieros del Ejército de Tierra número 11, con base en Salamanca, desplegaron maquinaria pesada creando zanjas y diques para garantizar la seguridad del suministro.