Han sido visitas para homenaje a los seres queridos difuntos, en una tradición muy arraigada, y en unas fechas en las que muchas familias aprovechan el día para limpiar y arreglar las tumbas de sus familiares, así como para colocar tiestos, adornos y flores, que en algunos casos han volado por el viento.

Antes del nivel naranja anunciado para el jueves, el viento ha soplado el miércoles con una racha de hasta 55 kilómetros por hora en Àvila capital a las 12,20 horas; de 57 kilómetros en Arévalo a las 15,20; y en Rivilla de Barajas la racha más fuerte se ha registrado a las 15,50 horas.

Un servicio especial de autobús urbano hasta el cementerio ha funcionado, a la vez que la Policía Local de Ávila estableció un dispositivo especial de tráfico para facilitar el acceso al cementerio, creando plazas de aparcamiento en el entorno; mientras que la Guardia Civil vigila los camposantos de las localidades del Valle del Tiétar tras los robos denunciados en Muñochas, Baterna-Robledillo, La Hija de Dios y Blacha.

Esta festividad lleva a celebrar la ‘calvotá’ o la ‘moragá’ en el Valle del Tiétar, la tradición del asado de castañas, pero también otros elementos propios de estas fiestas es la de degustar dos dulces como son los buñuelos de viento o los huesillos de santo.