A sus 90 años, dos más que a la edad en que ha muerto su compañero de noviciado argentino, Jiménez Muñoz acudió el lunes al responso celebrado en la basílica de La Santa por la muerte del pontífice.

“Lo hemos sentido mucho”, ha dicho sobre la muerte de su antiguo compañero en la Compañía de Jesús, en la ciudad argentina de Córdoba. Su pérdida ha provocado en Julio Jiménez “un sentimiento grande”.

Cuando se conocieron, rememora ahora, Bergoglio era “un joven, uno de tantos” en el noviciado de los jesuitas en la ciudad argentina que, al cabo de los años, “salió papa” y al que, confiesa, ha seguido “admirando”.

La amistad nunca se rompió, aunque el argentino se hizo sacerdote y el abulense se casó y tomó otro rumbo en la vida, porque siempre se enviaron cartas y se felicitaban la Navidad. Julio Jiménez, con su esposa, le fue a visitar en una ocasión a Argentina, y otra vez se vieron en España.

También el abulense le envió saludos con Jesús Manuel Sánchez Cabrera, cuando como alcalde de Ávila, visitó al papa en dos ocasiones, en 2020 y 2024. En la última, en una audiencia a los alcaldes dl Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, el regidor le entregó una carta manuscrita y le dijo: “Julio le manda un abrazo muy fuerte”. Ante lo que el papa preguntó “¿la familia [de su amigo] está bien?”. “Me alegra mucho”, respondió el pontífice.

Las cartas de Julio Jiménez se repitieron a lo largo de los años, la última recientemente, cuando enfermó, para desearle que se recuperara.