La misiva se la ha entregado en el transcurso de la audiencia que el pontífice ha ofrecido a los alcaldes del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España.

En el momento de la recepción, cuando los ediles saludan al papa, Sánchez Cabrera se presenta y dice: “alcalde de Ávila, Julio le manda un abrazo muy fuerte”. Ante lo que Jorge Mario Bergoglio responde con sorpresa con un “ahhh”, y regidor abulense añade: “ahora le doy la carta”.

“¿La familia está bien?”, le inquiere el papa, suponemos que sobre su antiguo amigo. “Bien, muy bien”, responde el edil. “Me alegra mucho”, añade el pontífice.

El amigo abulense mantiene amistad con Bergoglio desde que coincidieron en el noviciado de los jesuitas en la ciudad argentina de Córdoba, con poco más de 20 años. Allí se conocieron y sus vidas siguieron caminos distintos: Julio Jiménez se casó y reside en Ávila a sus 89 años, mientras que el papa siguió una carrera eclesiástica hasta llegar a ser cabeza de la Iglesia Católica, si bien desde entonces han cultivado su relación a pesar de la distancia.

“Como alcalde de la ciudad”, ha manifestado después el regidor, “he podido participar en esta visita, saludar al santo padre en nombre de la ciudad de Ávila y de todos los vecinos de la provincia”. “El santo padre nos ha querido trasladar la importancia que tiene nuestra labor al frente de las ciudades para conservar, cuidar y legar ese patrimonio histórico que tienen nuestras ciudades”, ha señalado el regidor sobre el mensaje que les ha ofrecido el papa a los ediles en el transcurso de la audiencia en el Vaticano.