La consideración de diputado provincial no adscrito que ha adquirido Carlos Jiménez, hasta ahora en Por Ávila, y que se hará efectiva en el pleno del martes, cuenta con varios precedentes en los tres últimos mandatos en la institución provincial, encontrándose en el origen de todos ellos discrepancias internas surgidas en los partidos políticos involucrados.

Así, las imposiciones “del Mercado Chico” que ha alegado el alcalde de Niharra y uno de los fundadores de Por Ávila, Carlos Jiménez, han tenido su antecedente más inmediato en lo sucedido en junio de 2022 con seis diputados provinciales, inicialmente del Grupo PSOE: Pedro Muñoz, Roberto Aparicio, Visitación Pérez, Silvia Llamas, Leticia Sánchez y José Martín. 

La denuncia que interpusieron en los tribunales por fraude en la elección de Jesús Caro como secretario provincial del partido les costó su expulsión de esta formación política, pasando a tener la consideración de diputados provinciales no adscritos.

En septiembre de 2021, el hasta ese momento portavoz de Por Ávila en la Diputación, Alberto Encinar, pasó a ser miembro de la corporación provincial no adscrito por diferencias de criterio con la dirección del partido, que acabó por su salida: se anunció a la vez su expulsión y su marcha del grupo.

También se produjeron casos similares en el mandato 2015-2019. El más sonado fue el protagonizado por el entonces presidente de la Diputación, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, elegido diputado provincial por el PP y que en marzo de 2019 pasó a ser no adscrito tras anunciar que sería candidato de una nueva formación, Por Ávila, a la alcaldía de la capital. Sánchez Cabrera fue desalojado de la presidencia de la Diputación en una moción de censura de sus excompañeros del PP.

A Sánchez Cabrera se le unió Ángel Martín, también diputado provincial del PP y alcalde de Chamartín, que pasó a tener la consideración de no adscrito hasta el término del mandato.

A pesar de la inminencia de las elecciones municipales, previstas solo dos meses después, todavía hubo tiempo para que un tercer diputado provincial de ese mandato adquiriera la condición de no adscrito. Fue Carlos Moral, de UPyD, que desoyó las directrices de la dirección de su partido y apoyó la moción de censura presentada por el PP para aupar a la presidencia de la Diputación a Carlos García cuando quedaba escasos meses para las elecciones municipales.

Su voto fue decisivo, puesto que el PP se había quedado sin mayoría absoluta al perder a Sánchez Cabrera y a Martín y precisaba de un voto para que la moción de censura saliera adelante, como así sucedió finalmente.