El alcalde de Ávila, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, expresaba su preocupación por la falta de consenso entre ambas instituciones y anunció conversaciones con el subdelegado del Gobierno, Fernando Galeano, para esclarecer la situación y estudiar la posibilidad de considerar la construcción de un nuevo puente de mayor envergadura que facilite el paso del agua, reconociendo que el actual podría no ser suficiente en situaciones excepcionales como la vivida en marzo.
A esto, ha detallado Fernando Galeano, el subdelegado del Gobierno, quien ha detallado que el puente cumple con su propósito, aunque una nueva infraestructura podría ser una solución: "Hacer otra nueva infraestructura sería una manera de solucionar el problema. Pero el Ministerio de Transportes también ha dado una información técnica a propósito de la situación de ese puente, que establece que ese puente ya en su año de construcción cumplía con las prescripciones técnicas y que debía cumplir la función para la que está diseñado y que incluso en la actualidad cumple con las medidas”.
Además, Galeano ha manifestado que existen una serie de elementos que agravan el problema: “Puede haber otra serie de elementos que estén haciendo que ese puente no tenga toda la funcionalidad que debería tener y puede haber otros elementos que estén influyendo en que eso ocurra. Bien sea la embocadura previa al puente o la desembocadura”.
Más elementos
“Existen una serie de elementos que pueden obstaculizar su trabajo”, ha manifestado Galeano, ejemplificando el encauzamiento del río Chico “que se realizó con posterioridad a la construcción de ese puente o el entronque que tiene con el río Adaja, justo a la embocadura del puente”. Algo que “ha podido influir en que hayan cambiado las condiciones de cuando se hizo el diseño de ese puente”.
En cuanto a la posibilidad de evitar futuros episodios de inundaciones, Galeano ha sido claro, debido a la situación de la zona: “Nada va a poder suplir o evitar que las zonas declaradas como inundables lo sigan estando y que sean absolutamente sensibles y propensas a que cuando se produzcan episodios de esta naturaleza, en concreto en los que se produjeron en marzo, pues puedan tener unos periodos de retorno de entre 10 y 50 años, o sea que que relativamente frecuentes pueden ser esos episodios”.
“No sólo es el puente, sino que existen más elementos que influyen”, ha insistido Galeano.
Sin riesgo cero
Asimismo, ha destacado la necesidad de adoptar medidas de prevención, aunque ha reconocido que el riesgo cero no existe, especialmente en áreas con viviendas ubicadas en zonas propensas a inundaciones.
“Tenemos que entender que eso es así y las infraestructuras están preparadas para paliar y minimizar los daños, pero desde luego es muy difícil impedir que determinadas situaciones meteorológicas puedan ser complicadas. Hay que tomar medidas de prevención, pero el riesgo cero no existe, máxime cuando existen viviendas en zonas declaradas como inundables”.
un abulense | Jueves, 02 de Octubre de 2025 a las 16:04:00 horas
En realidad las leyes de la naturaleza se cumplen siempre y estos episodios pasarán más tarde o más temprano. Mientras no seamos conscientes de que las zonas inundables no dejan de ser inundables (el agua siempre vuelve) por mucho que queramos, esos parajes como El Soto y las propias riberas del río Adaja son así, y de ellos disfrutamos tanto, que si no se inundaran periódicamente se convertirían en un secarral del que huiríamos. La naturaleza manda y el hombre solo puede tenerlo en cuenta y saber que esos episodios son normales y con ellos hay que acostumbrarse a vivir. Sólo si la antigua dehesa boyal, es decir, todos esos llanos entre Ávila y Sonsoles, no se hubieran urbanizado y hubieran quedado como pastos, riberas, sotos y zonas de esparcimiento, ahora no tendríamos ningún problema. Es cierto que la canalización del río Chico ha influido en que su desembocadura en el Adaja junto al puente del Papa reciba más caudal que en época de grandes lluvias se hubieran extendido por los prados entre el puente romanillos y Ávila. Quizás la responsabilidad más flagrante esté en los políticos que permitieron urbanizar todos esos terrenos, viviendas que a día de hoy tienen la espada de Damocles de una nueva inundación en algún momento de la historia.
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