El ensayo llevado a cabo en Mamblas, que destaca la resistencia al calor y a los hongos, revela diferencias significativas en productividad. En cebada, las semillas R1 y R2 alcanzaron una media de 3.600 kilos por hectárea, frente a los 3.150 kilos de las R3. En el caso del trigo, los resultados son aún más contundentes: 3.300 kilos/ha con semillas de primer año frente a 2.500 kilos/ha con las de tercer año.

En Rabé de los Escuderos (Burgos), las cebadas certificadas superaron los 6.000 kilos por hectárea, hasta un 15% más que las R3. Para el trigo, las R1 rindieron entre 5.700 y 5.800 kilos por hectárea, unos 700 kilos más que las semillas de tercer año.

El ensayo de Fuentes de Nava (Palencia) ofrece resultados similares. Las cebadas R1 alcanzaron los 5.195 kilos por hectárea a los 4.500 de las R3. En trigos, la diferencia fue del 21 % a favor de las semillas certificadas: 7.794 kilos por hectáreas frente a 6.156 kilos. UPA destaca también la mejor adaptación de las R1 a condiciones climatológicas adversas, así como su resistencia frente a enfermedades.

"Los campos demostrativos del 2025 en tres parcelas muy distintas entre sí nos confirman que la ciencia, la tecnología y el desarrollo en materia de investigación de semillas aplicada al sector primario es la base para la agricultura del presente y del futuro en una región eminentemente cerealista como Castilla y León", subraya UPA.
Durante esta campaña, la organización ha realizado la preparación del terreno, la siembra y el seguimiento agronómico de los ensayos, además de jornadas divulgativas con agricultores.