La feria ha aprobado pero no con nota: muchos artesanos, la mayoría castellanos y leoneses, han notado que el turismo ha bajado y con ello las ventas. "No hay una fórmula mágica, y al hacer tanto calor, la situación con los incendios... la gente es más cuidadosa con los gastos", ha expresado Amaya Barahona, una de las expositoras en la feria y vicepresidenta de la Federación de Organizaciones Artesanas de Castilla y León (Foacal), que organiza el evento cada año, y que abrió sus puertas el 7 de agosto con 31 puestos.

Barahona ha calificado la experiencia de "plural" y ha manifestado cómo, a pesar de los contratiempos, los abulenses han fidelizado con sus productos. Durante los días del arranque de la feria se realizó una encuesta entre los feriantes, debido a la poca afluencia que estaban teniendo,  cuyo resultado supuso alargar la hora de cierre, ya que el calor había tenido efectos en que acudían menos visitantes.

El balance de este año ha sido "suficiente", aunque deja que desear en relación con el año pasado. Si embargo, la gente de Ávila se ha "volcado" mucho y los clientes de siempre han seguido acudiendo, ha asegurado la vicepresidenta de Foacal.