Tras su apertura el viernes, el calor ha estado presente todos días en el escaparte de la artesanía que es esta cita anual, que se celebra cada mes de agosto en la capital abulense. Las altas temperaturas afectan a la asistencia al evento y a las ventas, según el testimonio de los artesanos.

Óscar Rojo, artesano y pareja de Amaya Barahona, la ilustradora, historiadora y titular del taller de ilustraciones, explica cómo basan su creatividad en dos proyectos diferenciados: por un lado, una marca de camisetas de un estilo desenfadado y "gamberro” con serigrafía tradicional y, por otro, diferentes textos propios ilustrados en acuarela. “Cartas del tarot, libros… Todo es autoeditado, escrito, dibujado y maquetado. Venimos de Burgos y mostramos diferentes guiños locales", ha explicado Rojo.

Sin embargo, los artesanos han considerado que “falta que venga más gente”, y coinciden en la poca afluencia de esta debido a la imposibilidad de pasear por la calle en las horas centrales, alegando que, además, se han visto obligados a modificar el horario de los puestos.

Domingo Pasada, cuyo puesto forma parte de esta feria por primera vez, ha explicado que no vende como le gustaría por el calor que está haciendo. Sus productos se basan en cosmética natural para el cuidado de la piel y del pelo. “Hemos rescatado antiguos rituales de belleza de distintas partes del mundo", ha manifestado, explicando la importante faceta terapéutica, para la soriasis o dermatitis, y todos los efectos positivos de esta cosmética natural y biológica.

María, artesana que trabaja la cerería, realiza velas, ambientadores, lámparas de luz y otros artículos derivados de la cera. Sus productos son de los que más sufren este bochorno, pues gran parte de su género tiende a derretirse: “Este calor es horroroso y nos está afectando mucho, pero aun así el público de Ávila siempre es maravilloso", ha manifestado. La feria permanece abierta hasta el domingo.