Últimamente, cada vez que llega la factura de la luz, tenemos que respirar hondo antes de abrir el correo o el sobre de la carta en la que nos llega la factura.
Entre las subidas de tarifas, los electrodomésticos que parece que chupan energía como si no hubiera un mañana y el aire acondicionado que tendremos que empezar a usar en breve con la llegada del verano, lo cierto es que ahorrar en la factura energética se ha convertido en todo un reto.
Pero la verdad es que no hace falta hacer una reforma integral ni vivir a oscuras para reducir lo que pagamos cada mes. De hecho, hay un montón de pequeñas acciones que marcan la diferencia en nuestra factura y que nos ayudan a llegar a final de mes.
Aquí te voy a contar algunas de esas cosas que podemos hacer y que, en realidad, no cuestan tanto como parece.
Consejos para ahorrar energía y dinero en tu factura de luz
Apaga lo que no usas (y no, dejarlo en standby no vale)
¿Sabías que los aparatos enchufados, aunque estén "apagados", siguen consumiendo energía? Sí, esa lucecita roja que se queda en la tele o en el microondas no está ahí de adorno: también suma en la factura.
La solución a este desperdicio de energía es fácil. Prueba con las regletas de luz con interruptor. Así que apagas todo de golpe y listo. Parece poca cosa, pero con eso ya te estás ahorrando unos euros al mes.
Mide y compara para ahorrar
La tecnología es de gran ayuda para ahorrar en todas las facetas. Hoy en día es posible usar webs que comparan entre las diferentes compañías para ver cuál es la más económica. Usar este tipo de herramientas siempre es una buena idea.
Y si quieres ahorrar, y no solo en tu factura de la luz, puedes probar a usar herramientas web como Monefit, que te permiten recibir ingresos pasivos y conseguir maximizar tu dinero.
Aprovecha la tarifa de discriminación horaria
Saber cómo aprovechar esto puede llegar a ser oro puro, sobre todo si sabes bien cómo organizarte. Las compañías eléctricas suelen ofrecer tarifas en las que el precio de la electricidad baja durante ciertas horas del día (normalmente por las noches o los fines de semana).
Si programas la lavadora, el lavavajillas o incluso el termo eléctrico para esas horas, vas a notar el ahorro. La verdad es que puede parecer un lío al principio, pero te acostumbrarás rápido y lo agradecerás.
Controla la temperatura con cabeza
Uno de los mayores “ladrones” de energía es la climatización. En invierno, no hace falta ir por casa en camiseta de manga corta. Y en verano, no hace falta convertir el salón en una nevera.
Ajustar el termostato entre 19-21 grados en invierno y no bajar de 25 en verano puede suponer un ahorro bastante importante. Y si tienes un programador horario, no dudes en usarlo. De esta manera, podrás poner la calefacción o el aire solo cuando estás en casa también y te servirá para ahorrar bastante.
La importancia de la iluminación LED
Cambiar todas las bombillas por LED es una inversión que se amortiza rapidísimo. Consumen hasta un 80% menos y duran mucho más tiempo, hasta años. Además, dan buena luz y ahora hay modelos con tonos cálidos que no te hacen sentir como si estuvieras en un hospital.
Si aún tienes bombillas antiguas de las incandescentes o halógenas, no te lo pienses mucho y cámbialas. Es una de las formas más rápidas y eficaces de reducir el consumo de tu factura de la luz.
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