Además de recordar que “la sangre no se puede fabricar ni comprar”, Reveriego ha puesto el acento en un dato clave: el 34% de las reservas se destinan a pacientes oncológicos. “Hay accidentes, sí, pero la mayoría de la sangre se utiliza en tratamientos largos y complejos. Y sin reservas suficientes, se detiene todo el engranaje”, ha advertido.

La estructura de la hermandad en la provincia se basa en una red de delegados locales, personas voluntarias que activan a su comunidad cuando llega la unidad móvil del Centro de Hemoterapia. “En la capital somos unos pocos, pero en los pueblos son ellos los que lo hacen todo: el delegado, su familia, el vecino que pasa…”, ha detallado Reveriego. “Cuando hablo de la hermandad, siempre digo Ávila y provincia, porque casi toda la sangre se recoge fuera de la ciudad”, ha destacado. En la provincia de Ávila donan 35 personas por cada 1.000 habitantes.

El convenio entre Diputación y hermandad, dotado con 6.000 euros, “tiene mucho sentimiento”, según el presidente de la institución provincial, Carlos García, que tras indicar es donante, ha destacado “la magnífica labor que se hace en cada rincón de la provincia, y es un ejemplo claro de que las instituciones deben colaborar con el tercer sector para seguir haciendo provincia”.

“Durante las próximas semanas firmaremos otros convenios, pero este tiene un valor especial porque afecta directamente a la salud y a la vida de las personas”, ha manifestado. ““Donar sangre es donar ilusión, es donar vida, porque todos tenemos algún familiar que va a un quirófano, que necesita sangre, y ahora más que nunca, cuando se acercan los meses de verano, es fundamental tener los bancos de reserva llenos”, ha advertido.

Desde la Hermandad de Donantes se insiste en la urgencia de aumentar las donaciones ante el descenso previsto durante los próximos meses. Los lugares de donación continúan operativos tanto en los puntos fijos como en los circuitos itinerantes, cuya planificación se puede consultar en el Centro de Hemoterapia de Castilla y León.