Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
El embalse de Las Cogotas ha recibido, en la última mitad de año, más del doble del agua que le llega en los últimos seis meses. La Confederación Hidrográfica del Duero ha destacado el papel de la presa para regular el caudal del río Adaja.
Gracias a su capacidad para laminar las avenidas, este embalse evitó que los daños producidos por el aumento de caudal en el río se incrementaran aguas abajo, protegiendo a las zonas cercanas, como ocurrió en marzo.
Las lluvias intensas provocaron un aumento significativo en el caudal del río Adaja, lo que resultó en varias crecidas que afectaron tanto a la ciudad de Ávila como a sus alrededores. Durante este proceso, el embalse de Las Cogotas recibió grandes volúmenes de agua. En la primera gran crecida, el caudal de entrada al embalse superó los 120 metros cúbicos por segundo, mientras que en la segunda alcanzó los 175 metros cúbicos por segundo, con varios repuntes intermitentes. Por tanto, en los seis últimos meses, Las Cogotas ha recibido un 120% más de aportaciones de lo habitual, es decir, más del doble de lo que se recoge entre octubre y marzo.
Sin embargo, a pesar de la magnitud de las avenidas, el caudal desembalsado desde la presa nunca superó los 60 metros cúbicos por segundo, lo que permitió controlar el flujo de agua y evitar mayores daños en las zonas aguas abajo.
La capacidad de los embalses para almacenar agua y soltarla de manera controlada es lo que se conoce como capacidad de laminación, se ha destacado desde el organismo de cuenca. En el caso de Las Cogotas, esta función resultó esencial para mitigar los efectos de las fuertes lluvias y las avenidas que se produjeron en la cuenca del Duero durante el año hidrológico 2024-2025.
La Confederación Hidrográfica del Duero resalta la importancia de esta capacidad de laminación, que contribuyó a evitar que los caudales de gran magnitud causaran más daños en las zonas de la cuenca del Duero. Como señala el organismo de cuenca, “la buena gestión de los embalses estatales en la cuenca, especialmente los ubicados en la zona sur, evitó que se produjeran más daños de los ya contabilizados"..
Año hidrológico anómalo
Durante el período comprendido entre el 1 de octubre de 2024 y el 31 de marzo de 2025, el embalse de Las Cogotas ha recibido un 120% más de aportaciones de lo habitual, lo que significa que el volumen de agua almacenado ha sido más del doble de lo que normalmente se recoge en este periodo. Este aumento de las aportaciones ha sido clave para poder enfrentar los episodios de avenidas y ha puesto de manifiesto la importancia de los embalses para regular los caudales durante períodos de lluvia intensa.
La gestión de los embalses es el resultado de las condiciones meteorológicas favorable, así como del trabajo de mantenimiento y conservación, a pesar de que la edad media de las presas en la cuenca del Duero es superior a la media nacional, con 56 años.
Actualmente, la inversión en mantenimiento y conservación de las presas alcanza los 15 millones de euros anuales, una cifra que ha aumentado considerablemente desde los dos millones de euros de 2020.
Según la CHD, otros embalses que han jugado un papel importante en la primera parte del año hidrológico, desde el 1 de octubre del 2024 al 31 de marzo del 2025, han sido las presas de Cuerda del Pozo, en Soria; Linares del Arroyo, en Segovia; y Santa Teresa, Irueña y Águeda, en la provincia de Salamanca.
Durante este periodo, la abundante pluviosidad en la cuenca del Duero ha permitido tener unas aportaciones a los embalses estatales que superan en un 20 % los registros medios.
Como caso relevante destaca el embalse de Santa Teresa, que recibió en octubre un caudal punta de más de 650 metros cúbicos por segundo, mientras que a la salida de la presa el caudal se mantuvo por debajo de los 50 metros cúbicos por segundo. De no ser por el embalse, caudales de gran magnitud habrían llegado hasta la ciudad de Salamanca.
El 9 de marzo, en el embalse de Cuerda del Pozo, se contabilizaron más de 70 metros cúbicos por segundo de caudal punta de entrada, mientras que el caudal a la salida de la presa no superaba el valor de tres metros cúbicos por segundo. Gracias a la capacidad de embalse disponible en esa fecha fue posible absorber la avenida que llegó por el río Duero desde aguas arriba, lo que permitió que no se incrementara aún más el caudal en sus tramos subsiguientes. Como ejemplo, por Almazán discurrieron esos días unos caudales que superaron los 200 metros cúbicos por segundo.
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