Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025
El embalse de Las Cogotas, ubicado en el río Adaja, alcanza en los últimos días cifras récord debido las intensas lluvias y el deshielo, lo que deja un desembalse espectacular por las turbinas situadas en la parte inferior del muro de la presa.
La infraestructura hidráulica ha experimentado uno de los episodios de mayor presión en la última década, con registros que no se veían desde al menos 2013, lo que ha llamado la atención de decenas de personas, que la han visitado durante el fin de semana.
Con una capacidad máxima de 58,2 hectómetros cúbicos (58,2 millones de metros cúbicos), el embalse registró en la tarde del domingo un volumen embalsado de 55,58 hectómetros cúbicos, lo que equivale al 95,4% de su capacidad total. No obstante, el dato más relevante se alcanzó días antes, cuando el volumen almacenado llegó a representar el 99,4 %, una cifra prácticamente máxima. Este nivel no se registraba desde hace más de una década.
La necesidad de regular el embalse ante este llenado extraordinario obliga a liberar agua con un caudal vertido medio, el domingo por la tarde, de 51,8 metros cúbicos por segundo. Sin embargo, el pico máximo se alcanzó el viernes a primera hora de la tarde, con un flujo de 62,3 metros cúbicos por segundo. Esta cifra supera ampliamente los caudales habituales gestionados por la presa y evidencia la magnitud del episodio hidrológico en una presa de 67 metros de altura y una longitud de 299 metros.
Evolución histórica
Desde su inauguración en 1994, el volumen de agua almacenado en Las Cogotas varía significativamente de un año a otro, reflejando la alternancia de años húmedos y secos típicos. En promedio, el embalse contiene alrededor de 30 hectómetros cúbicos de agua a lo largo del año, lo que equivale aproximadamente la mitad de su capacidad. En años muy húmedos, el volumen medio anual puede acercarse a 45, mientras que en años de sequía severa ha caído hasta unos 13 de promedio.
Durante un año hidrológico normal, Las Cogotas se va llenando en invierno y primavera y desciende en verano. Por ejemplo, el nivel histórico medio en mayo-junio alcanza unos 40-45 hectómetros, mientras que a finales del verano (septiembre) suele bajar a unos 20, según los registros de la Confederación Hidrográfica del Duero.
Sin embargo, las condiciones extremas pueden alterar este patrón: el embalse ha llegado a estar prácticamente lleno en crecidas excepcionales (rozando los 59, su máximo histórico) y también casi seco, con mínimos absolutos en torno a 0,3, situación registrada durante la sequía de 2017-2018.
El caudal vertido anual se refiere al volumen total de agua desembalsada desde Las Cogotas cada año, ya sea por salidas controladas (turbinas, compuertas) o por reboses del aliviadero en crecidas. Estos volúmenes dependen de las aportaciones del río Adaja y de las necesidades de liberar agua para riego, consumo o control de inundaciones. La serie histórica muestra una enorme variabilidad, desde apenas 22 hectómetros en años muy secos hasta más de 200 en años excepcionalmente húmedos
Sequía
Frente a episodios de lluvias extraordinarias en los que el embalse tuvo que desembalsar grandes cantidades para mantener la seguridad de la presa y evitar daños mayores aguas abajo, ha habido años secos, como entre 1998-1999, cuando el volumen vertido fue mínimo (unos 22 hectómetros), ya que apenas entró agua nueva al embalse y se agotaron las reservas almacenadas.
Según las cifras históricas, en años húmedos, el caudal liberado supera con creces la capacidad de la presa, pues Las Cogotas retiene una parte del agua y deja pasar el excedente de forma controlada. En años de sequía, el embalse llega a reducir sus descargas al mínimo indispensable (a veces solo el caudal ecológico), ya que las aportaciones del río son muy escasas.
Tras su puesta en servicio, Las Cogotas enfrentó sus primeras grandes crecidas en el invierno de 1995-1996. Las lluvias excepcionales de aquel año aportaron al embalse tres veces su capacidad, obligando a desembalses controlados. De forma similar, en diciembre de 1997 y los primeros meses de 1998 se produjeron precipitaciones muy intensas en la cuenca del Adaja y el embalse prácticamente se llenó.
Según la CHD, estos hechos demostraron la eficacia de Las Cogotas para laminar avenidas, ya que sin el embalse, el caudal del Adaja habría sido mucho mayor río abajo. Aun así, las crecidas fueron notables; por ejemplo, se registraron desbordamientos del Adaja a su paso por Ávila en aquellas fechas. Años más tarde, otro episodio significativo ocurrió en el invierno de 2000-2001, cuando tras varias tormentas, el embalse volvió a llenarse completamente.
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