Esta cita, que marca el final de la Semana Santa en Ávila después de la procesión que ha discurrido en la mañana del domingo por las calles de la ciudad, ha congregado a decenas de vecinos de todas las edades, que no han querido faltar a la primería romería del año en la capital abulense.

El evento ha transcurrido por la tarde en torno a la ermita del Santísimo Cristo Resucitado, acompañado de un ambiente familiar, con varios hinchables para los más pequeños, y los tradicionales puestos de almendras garrapiñadas, llegados de Mingorría y Riofrio. Muchos asistentes han compartido una merienda al aire libre con hornazos y limonada.

Desde el exterior de la ermita ha tenido lugar la tradicional subasta de todo de tipo de productos donados por establecimientos comerciales, que los miembros de la cofradía han ofrecido con humor para las pujas: desde un lote de un pan con un chorizo y botella de vino hasta una mochila, desde una gafas de sol hasta una cena en un restaurante.

El sol ha acompañado a los asistentes a la romería y conforme avanzaba la tarde, el entorno del Pradillo ha ido ganando en ambiente en un paraje recientemente rehabilitado. Uno de los grupos más numerosos ha sido el de los miembros de la Cofradía de Medinaceli, fácilmente identificables por sus sudaderas moradas. 

En el interior de la ermita, mientras tanto, han se han expuesto las imágenes protagonistas del día: el Santísimo Cristo Resucitado y Nuestra Señora del Buen Suceso, tras haber participado por la mañana en el encuentro y la procesión. Muchos devotos han entrado a venerar ambas tallas en la pequeña ermita, que data del siglo XVIII.