Su visión personal entre verso y prosa sirvió para hacer un relato sobre la presencia del Santísimo Cristo de las Batallas en la Semana Santa de Ávila, desde sus comienzos hasta sus desfiles actuales, ante los miembros de la entidad, con la excepción del hermano mayor, Faustino García, que no pudo acudir por motivos de salud.

El pregón, el viernes por la tarde, tuvo como telón de fondo la imagen renacentista del Cristo de las Batallas, una talla de terracota del siglo XV de apenas 60 centímetros, que se conserva en la capilla de Mosén Rubí bajo un baldaquino barroco dorado, custodiada por las hermanas misioneras de Santo Domingo. 

El periodista evocó los momentos más destacados de las dos procesiones que realiza la hermandad. En la noche del Miércoles Santo, los cofrades procesionan con la talla de 1963 que se venera en la iglesia de San Pedro Apóstol y, horas después, en la madrugada del Jueves Santo, la protagonista es la histórica imagen de Mosén Rubí. García Tejerizo rememoró cómo ambas salidas forman parte de una vivencia colectiva que ha ido más allá del acto procesional.

Durante su intervención, también recordó con especial cariño momentos cotidianos y entrañables de la hermandad, como el tradicional chocolate con churros que se ofrecía a los hermanos en el desaparecido restaurante Piquío, ejemplo de “momentos íntimos y familiares” de los que “está llena la Semana Santa”.