El evento ha sido presentado por Álvaro Matud, director académico y de relaciones institucionales de la Fundación Tatiana, quien ha resaltado la importancia de este encuentro: "hemos querido hacerlo con ejemplos inspiradores como Toño Pérez, José Polo y Carlos Casillas, quienes demuestran que es posible triunfar sin salir del territorio, aprovechando la cultura local, la tradición y el talento".

El objetivo principal fue dialogar sobre la excelencia en el sector hostelero desde territorios considerados parte de la España Vaciada. El encuentro ha contado también con la presencia de Darío Méndez, cofundador de El Tenedor, quien ha coordinado un diálogo en el que se ha hablado sobre la tradición y la innovación, los negocios como activadores de la economía local, la importancia de los pequeños proveedores y el orgullo de pertenencia por encima de los indicadores puramente económicos.

Toño Pérez, empresario y chef del restaurante Atrio, de Cáceres, ha destacado la importancia de aprovechar la identidad gastronómica de la España Vaciada. "Nosotros llevamos 40 años en un territorio tremendamente complicado, pero con una identidad única. Estamos a 300 kilómetros de cualquier realidad, de Madrid, de Lisboa, de Salamanca, de Sevilla, sin embargo, hemos conseguido consolidar un proyecto de éxito. Ahora es el momento de cuidar y potenciar estas zonas, mirando hacia una de las despensas vinculadas a la dehesa más interesantes del país, con productos autóctonos y una riqueza gastronómica incomparable".

Por su parte, Carlos Casillas, chef de Barro, ha expresado su entusiasmo por participar en un evento que pone en valor la gastronomía abulense. "Es precioso que vengan figuras como Toño y José a Ávila. Empiezan a pasar cosas, al menos las que nosotros buscamos y las que nos emocionan. Creo que es una ciudad que está ahora mismo en un crecimiento, que espero que sea imparable".

Casillas también ha reflexionado sobre la tendencia de apostar por territorios menos poblados en lugar de grandes capitales como Madrid o Barcelona: "En los últimos años han surgido una diversidad de voces que también merecían ser escuchadas. Cuando abrimos Barro, fue un acto de irreverencia, de entender que tenía que ser en Ávila porque confiamos en esta ciudad".

Tras el diálogo, los asistentes han tenido la opción de participar en una comida en el Palacio de los Sofraga, facilitando el networking entre profesionales del sector.