Esta celebración, que fue recuperada en 2024 tras más de seis décadas de olvido, ha comenzado sobre las 17 horas con una caminata que ha partido desde el anejo de Cabañas y ha recorrido el conocido camino de los muertos. Se trata de una antigua ruta que los habitantes de Cabañas utilizaban para trasladar a sus difuntos al cementerio de Riofrío y que fue recuperada para la celebración de hace un año.

A lo largo del trayecto, los participantes, ataviados con trajes tradicionales de pastores, inundaron el valle formado por los ríos Fortes y Mayor con el característico sonido de cencerros y cuernas.

Los trajes de los asistentes, confeccionados con piel de oveja y cordero, zahones de rafia o cuero y sombreros de paja, han evocado la indumentaria histórica de los pastores recordando épocas pasadas. Cuernas y trajes tradicionales fueron elaborados en los talleres celebrados en Navidad.

La marcha ha concluido en la plaza de Riofrío, donde esperaba una gran hoguera, donde se arrojaron ramas de piornos y otros arbustos recolectados como una ofrenda a San Antón para pedir por la salud del ganado o la fertilidad de los pastos.

El Ayuntamiento de la localidad ha ofrecido chocolate caliente a todos los asistentes, consumiendo casi 800 raciones, en una fiesta que la alcaldesa, Raquel González, ha considerado “un éxito”. “La verdad es que estamos muy contentos porque ha asistido mucha más gente que el año pasado, que también ha participado activamente de la fiesta”, como se ha visto “en una plaza llena de público”.