En esta ocasión, la séptima campaña de la DOP ha supuesto una recolección de 900.000 kilos de uva, de los cuales, unos 80.000 han sido de albillo real, mientras que los restantes son fundamentalmente de garnacha tinta.

La directora técnica de la DOP Cebreros, Marta Burgos, ha subrayado la "gran calidad" de una producción que ha sido "parecida" a la de una "añada media" en la zona, pese a que ha sido un año "complicado" como consecuencia de "las escasas precipitaciones registradas durante el invierno y prácticamente toda la primavera".

Después, la situación "mejoró entre la mitad de mayo y la mitad de junio", ya que "llegaron las ansiadas lluvias que aliviaron la preocupante situación para el viñedo" de esta DOP. A dichas lluvias le siguió un verano "seco, aunque no extremadamente cálido, que ha impedido la proliferación de enfermedades de la vid".

Eso propició "una buena sanidad de la uva", pese a que por ello la producción haya sido "parecida a una añada media en la zona e inferior a la productiva 2022".

Más bodegas y hectáreas

El mes de septiembre llegó con unas lluvias que hicieron "parar durante unos días la vendimia, ayudando a la uva a mantener la acidez y contener el grado alcohólico", ha explicado la directora técnica de una DOP que "sigue su crecimiento pausado, pero constante".

La DOP Cebreros cuenta con 25 bodegas, tres más que hace un año, y 520 hectáreas inscritas, frente a las 480 de 2022.

Burgos ha destacado que esta denominación de origen protegida se encuentra "en constante crecimiento en calidad y un mejor posicionamiento en el mercado, tanto nacional como internacional" Según ha apuntado, esa circunstancia hace que los vinos con este sello de calidad "estén cada vez más valorados y reconocidos por los críticos y los consumidores finales". Este año la vendimia ha sido la más madrugadora tras comenzar el 1 de agosto.