Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Martes, 30 de Septiembre de 2025
En su escrito de conclusiones finales, la defensa mantiene que la víctima pretende “justificar que pasó la noche allí” ante su novio y la familia de éste, en un acto por evitar que su novio finalizara la relación. Además, cuestiona las lesiones físicas de la agresión con violencia.
El juicio por la agresión sexual a una joven de 25 años en Ávila la noche de Halloween de 2020, por la que se acusa a dos hombres a los que se piden 13 y 9 años de prisión, ha quedado visto para sentencia. Penas de cárcel que solicitan tanto la fiscalía como la acusación particular, después de la segunda sesión de la vista oral.
El abogado de la defensa ha alegado en su escrito de conclusiones que “existe un motivo para pensar que se lo ha inventado todo y es justificar que se pasó la noche allí, ante la familia de su novio y su novio”. Por ello pide la libre absolución para sus dos clientes, al considerar que el relato de la víctima presenta contradicciones y que no hay pruebas suficientes que incriminen a sus representados.
Para ello, se ha apoyado en una conversación de la víctima con la psicóloga, a quien confesó que “antes de ir a declarar a comisaria, su novio la llamó y la dijo que quería terminar la relación, porque sus padres estaban diciendo que tenía que terminar la relación con ella, porque se pensaban que le había puesto los cuernos, que no había sido una violación, que ella quiso porque quiso”.
"Ella no quería denunciar"
“Sus padres piensan que yo le podía pegar una enfermedad, yo le dije que era mentira, ellos piensan que soy una cualquiera y que le he puesto los cuernos, pero yo no soy una cualquiera”, ha leído el abogado de la defensa sobre lo que la joven narró a la psicóloga. Precisamente, la profesional que ha declarado en la vista oral que ha continuado celebrándose en la mañana de este jueves, junto a la trabajadora social que entrevistaron a la joven tras los hechos, han narrado que ella “no quería denunciar”, que fueron sus padres quienes tomaron la decisión al ver “que su hija estaba en riesgo”.
En este sentido, han señalado que la “preocupación” que la joven mostró respecto a su pareja, fue no sentirse apoyada tras confesarle lo que había ocurrido aquella noche: “ella salió de la declaración y su novio se fue sin decirla nada, ella no sintió el apoyo que creía que debía tener por parte de su pareja”.
Otro de los motivos por los que la defensa pide la libre absolución de los acusados, son algunas de las contradicciones que presenta el relato de la víctima, quien sostiene que la echaron algo en la bebida. Y es que tras las declaraciones de los agentes de la policía científica que analizaron los botes con líquido amarillo que encontraron en casa de los acusados, han resuelto que los productos corresponden a una sustancia con efectos similares a los de la viagra. Además, los análisis toxicológicos que se realizaron a la víctima al menos tres días después de la supuesta agresión, dieron negativo.
Algunas sustancias desaparecen a las seis horas
Por todo ello, no se puede corroborar si los acusados agregaron algún tipo de sustancia a la víctima con efectos de sumisión química, pues tal como han explicado las forenses en la vista oral, algunas llegan a desaparecer del cuerpo a las seis horas de haberlo ingerido y otras a las 24.
Además, la defensa señala que es incompatible que la víctima argumente que hubo sumisión química y que uno de los acusados emplease la fuerza física con ella, porque “no tiene sentido”, pues lo primero pretende evitar lo segundo. A pesar de ello, las forenses han detallado que la joven presentaba moretones en los antebrazos y en la cara interna y externa de los muslos y que son compatibles con una agresión sexual. Y es que, a pesar de que la exploración vaginal fue normal, esto puede deberse a que el cuerpo se puede quedar completamente bloqueado ante una situación así porque el sistema locomotor se paraliza, por lo que puede haber una agresión sexual y no generar lesiones vaginales.
Unas señales que la defensa ha cuestionado: “tenemos la duda de si esos moretones se provocaron accidentalmente en medio de la pasión de una relación sexual con su novio al día siguiente”. Pues tal como ha indicado la joven, tras los hechos, antes de confesar a su novio lo que había ocurrido, intentaron mantener relaciones sexuales, pero “no pudo”, porque “no se sentía ella”, ni “sentía suyo su cuerpo”, según declaró en el juicio. Aunque esta inapetencia del deseo sexual, según las psicólogas que han declarado en la vista, responde a los síntomas de estrés postraumático y ha sido un hecho que ha mantenido en varias versiones. Aunque a la médico de guardia que la atendió por primera vez, la refirió que sí que llegó a mantener relaciones con su novio.
Trastorno mental leve diagnosticado
Sin embargo, tanto las psicólogas como las trabajadoras sociales coinciden en que algunas de estas contradicciones en el relato de la víctima responden a un retraso mental leve -diagnosticado en 2021 y tratado en el Centro Base-, por no tiene flexibilidad cognitiva ni presenta las capacidades habituales para el desarrollo de una vida cotidiana normal, lo que la convierte en una persona vulnerable y fácilmente manipulable.
Esto es porque debido a su trastorno diagnosticado, “no se puede anticipar a lo que va a suceder”, teniendo la “incapacidad para anticipar el peligro, que va de la mano de la incapacidad de sugestión y de la incapacidad de rapidez”, ha señalado la psicóloga. “Ella no es capaz de predecir el futuro, es muy sugestionable. Ella tiene una oferta y si la aseguran que no va a pasar nada, ella solo ve el aquí, ahora y el ya, no ve el futuro ni puede anticiparse a los hechos. Y por tanto, no ve el riesgo”, ha indicado.
Asimismo han señalado que, pese existir “algunas inconsistencias en el relato, en ella y en todas las víctimas, porque cuesta ver la consecuencialidad de las cosas; es que era ella la que no quería denunciar, sino la familia. Por tanto, no hay ninguna intencionalidad en la denuncia”, siendo su relato “compatible con un hecho vivido” puesto que es “congruente dentro de las dificultades de la víctima”, habiendo “persistencia en lo que cuenta: que ella no quería tener esas relaciones sexuales”.
La defensa destaca que la víctima organizó la fiesta
Otra de las cuestiones que ha querido destacar la defensa es que la fiesta de Halloween la organizó la víctima con uno de los agresores, lanzando varias preguntas: “¿eso quiere decir que ella vaya predispuesta a algo? No”, “¿ello quiere decir que como hay fiesta, hay que tener sexo? No”, “¿ello quiere decir que la víctima va a la fiesta dispuesta a hacerlo y en el último momento se arrepiente, pero ya tiene miedo a decírselo? No”, añadiendo que lo que quiere decir es que “están presentando a una [víctima] que no tiene capacidad para decidir, pero es una persona con una discapacidad leve, es decir, que está entre Pinto y Valdemoro”.
Por todo ello, tanto la acusación como la fiscalía piden cárcel por agresión sexual para ambos acusados, 13 años para uno por haber empleado violencia y 9 para el otro, al considerar que no empleó la fuerza. En cuanto a la responsabilidad civil, el Ministerio fiscal reclama 20.000 euros y la acusación 30.000. Pues consideran que no hubo consentimiento en esas relaciones sexuales, dando validez al testimonio de la víctima y a las pruebas presentadas.
Por su parte, la defensa pide la libre absolución de los acusados al considerar que el relato de la víctima no es suficiente para probar los hechos denunciados.
El juicio ha quedado visto para sentencia.
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