Y es que el año pasado, esta tradición se retomó después de su paralización por la propagación del coronavirus. Sin embargo, desde el Ayuntamiento de San Bartolomé de Pinares se tomaron algunas medidas para evitar posibles aglomeraciones, como la de trasladar el lugar de partida del recorrido y de la bendición de los caballos, que se realizó junto a la iglesia.

“Lo hicimos en un espacio más amplio para evitar aglomeraciones y para que los caballos no se juntaran tanto al tener más espacio, pero este año volveremos, partir a las 21 horas, con la bendición de los caballos desde la Casa Consistorial”, ha dicho la alcaldesa del municipio, Ana Isabel Gómez.

Tras la bendición de los caballos, el ruido del tambor y las gaitas darán el pistoletazo de salida para que los equinos vuelvan a saltar las hogueras, que se ubicaran por “todas las calles de pueblo”. Un espectáculo que cada año reúne a un gran número de aficionados al mundo del caballo, pero también a fotógrafos en busca de la instantánea más espectacular, y a algún que otro curioso.

Tras el paso de los caballos y con la llama de las hogueras con menor intensidad, los bartolos se reúnen en torno al calor del fuego para hacer sus barbacoas y pasar un buen rato con sus vecinos. Estas reuniones fueron minoritarias en 2022, cuando el Ayuntamiento pidió que se tomarán precauciones para evitar los contagios, pero este año se espera que los bartolos vuelvan a concentrarse en torno a las hogueras. “Hay que recuperar la normalidad en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana y entre ellos la fiesta de las luminarias”, apunta la alcaldesa.

Aunque el próximo lunes se espera alcanzar ya esa normalidad, seguro que algunas medidas que se pusieron en marcha en la anterior edición son tomadas por algunos de sus vecinos y visitantes, como, por ejemplo, la utilización de la mascarilla, ya que a más de uno le sirvió para protegerse del humo de las hogueras. Con la situación actual de la pandemia, ahora solo queda disfrutar de las luminarias como siempre se ha hecho.