Día Domingo, 26 de Octubre de 2025
Desde el mes de enero y hasta finales de año, el Ayuntamiento de Ávila explora el núcleo de la muralla con un sistema de ondas sísmicas superficiales, que no dañan la pared del monumento.
Este sistema suele utilizarse en zonas de excavaciones en tumbas o en investigaciones de elementos romanos que estén enterrados, también en el comportamiento de algunas montañas cuando se va a realizar una carretera nueva. Sin embargo, es la primera vez que se utiliza para conocer el comportamiento de un monumento de las características de la muralla de Ávila.
Cada tres meses, Javier Carrasco, responsable de la empresa adjudicataria, repite las mediciones en los mismos puntos para estudiar la variación de la temperatura, además analiza los resultados de los sensores instalados por la Fundación Santa María la Real para complementar la información.
Como una maceta
“Lo que hacemos es una onda sísmica como si se tratará un golpe que genero y vemos como viaja en la profundidad y recibo esa respuesta”, dice Carrasco. Esa reacción del monumento puede ser más rápida si se trata de un material más homogéneo o más lenta en caso de que sea más arenoso. “La muralla es como una maceta. Nosotros vemos dos muros, pero en el interior hay diferentes materiales como escombros o arena, que los vertieron hasta dejarlo como lo conocemos”, señala.
La muralla ha recibido en diferentes siglos un “aporte de material” que en ocasiones “era muy diferente”. Con esta técnica se puede comprobar el comportamiento de todos ellos y conocer si ha ido cambiando su estado a lo largo del tiempo. “Comprobaremos como mejora o empeora o si, por el contrario, se mantiene estable. También comprobaremos que hay debajo de la muralla, es decir, donde está apoyada y si puede resultar un problema en el futuro o no”, dice.
Monumento vivo
La muralla es un monumento “vivo” por lo que es “fundamental tener datos reales a tiempo real” pasa saber “lo que está pasando y cómo se comporta”. Según Rosa Ruiz, arquitecta municipal, las nuevas tecnologías permiten conocer las patologías que puede llegar a tener y poder actuar antes de que pase.
“Con estos sistemas buscamos ver como se comporta en relación con los sensores que nos marcan la temperatura y la humedad. Se trata de saber el comportamiento de los materiales de la muralla, que en la mayoría de las veces los desconocemos y tan solo apreciamos los dos metros generales”, dice.
Con estos dos sistemas el Ayuntamiento recoge diferentes datos. Por ejemplo, en el lienzo oeste de la muralla, la humedad es de 100% en invierno y de un 65 en verano, mientras que la temperatura se mantiene estable menos en la pared, que evidentemente aumenta.
Y es que, el “cometido” del Consistorio abulense no es solo “la conservación y mantenimiento para el disfrute de turistas y abulenses” también tiene una parte de “explorar”, a través del área de Patrimonio. “Tenemos un estudio constante de la muralla para saber cómo se encuentra, qué la pasa o no la pasa y cómo influye el paso del tiempo, el cambio de las estaciones, las temperaturas o la humedad”, afirma la teniente alcalde de Turismo, Comercio, Industria y Empleo del Ayuntamiento, Sonsoles Prieto.
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