C. Tangana era, junto a Leiva, la gran apuesta de esta edición del festival, y él supo responder con un espectáculo que mezclaba música en vivo y ficción. En la mayoría de los conciertos, los escenarios albergan grandes pantallas para que los espectadores que se encuentren más alejados del mismo puedan apreciar al detalle a sus artistas favoritos. Pero en esta ocasión esa pantalla gigante ofrecía mucho más, además de una pasarela para estar más cerca de sus seguidores.

El artista madrileño montó toda una película musical para que los asistentes pudieran disfrutar también de la retransmisión de su concierto por esa gran pantalla. Además, sobre el escenario, una gran banda musical, compuesta por varios instrumentos de viento, completaba el elenco de su actuación para ofrecer al público un espectáculo único.

El cantante ha hecho de la provocación una de sus señas de identidad. De ahí que la gira se llame ‘Sin cantar ni afinar’, una de las frases que ya utilizó en su canción 'Veneno'.

Puede que sin cantar y sin afinar, pero Pucho ha conseguido convertirse en un referente en el panorama nacional musical. No entiende de géneros e igual aborda un pasodoble, una rumba,  la estética del trap, la electrónica o el flamenco.

Con una treintena de músicos sobre el escenario, entre ellos El Niño de Elche y El Bola, ha montado una fiesta, que ha empezado con ‘Todavía rapeando’ y ha culminado con ‘Al di la’. Y entre medias, los 11.000 espectadores han entonado sus temas más populares, entre ellos ‘Comerte entera’, ‘Ateo’, ‘Demasiadas mujeres’ o ‘Ingobernable’.

El concierto de C.Tangana ha concluido de madrugada cuando ha descorchado una botella de cava rodeado de todo el elenco de artistas que le acompañan, ante un público entusiasmado.