Del Sábado, 06 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 10 de Septiembre de 2025

Valle del Corneja: nuevos riesgos de la minería extractivista
---Jorge de Dios es economista, doctorando de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) y experto en Desarrollo Rural.
Los conflictos socioambientales relacionados con la minería extractivista en Ávila entran en una nueva fase, cuando se cumplen cinco años del inicio del ‘Triángulo del Feldespato’, caracterizada por la concentración de expedientes mineros en uno de sus vértices, el Valle del Corneja, y por la aparición de nuevos actores, esta vez multinacionales, como el Grupo Cosentino. Pero antes hagamos un repaso para saber de dónde venimos.
El ‘Triángulo del Feldespato’ se inicia por la aparición de varios expedientes mineros de manera simultánea a finales del 2016 y principios de 2017, en la Sierra de Yemas, Sierra de Ávila y Valle del Corneja, que afectaban a más de 4.500 hectáreas. Un conflicto que fue mucho más que la unión imaginaria de sus tres vértices, pues representó un movimiento ciudadano, tanto rural como urbano, organizado en torno a plataformas ciudadanas y asociaciones, que trabajaron de forma coordinada en la defensa del patrimonio natural y cultural y en contra de la mercantilización de sus recursos naturales, en el que nos recordaron que “Ávila es ganadera, no es minera” desde hace cientos de años. Sobre dicha movilización ciudadana tuve la ocasión de escribir en un artículo publicado en Avilared con el título 'Conflictos socioambientales en Ávila: movilización ciudadana en defensa del territorio'.
Es preciso insistir que el referido conflicto se inició a iniciativa de la sociedad civil organizada, pues es público y notorio que las administraciones públicas actuaron con total opacidad y falta de transparencia en la tramitación de los expedientes mineros. Como muestra un botón: el expediente Leito, en la Sierra de Ávila, se empezó a tramitar en 2007 y la población tuvo conocimiento casi diez años después con la publicación en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) del Estudio de Impacto Ambiental.
En el inicio del conflicto a los ciudadanos y ciudadanas abulenses que se movilizan de manera organizada y pacífica les falta experiencia, pero les sobra compromiso con sus raíces y su identidad. Profesan un sentimiento de veneración y de justicia hacia sus mayores, que les dieron el presente que hoy disfrutan aprovechando lo que les daba la naturaleza sin esquilmarla, y portan el valor de la solidaridad hacia las generaciones que les seguirán. Esa fuerza que da una cultura y unos valores compartidos les llevó a organizarse y a desarrollar una estrategia coordinada, que se materializó en más de 160 acciones de muy diversa naturaleza durante el periodo 2017-2018, y dio como resultado la Declaración de Impacto Ambiental negativa del expediente Leito en la Sierra de Ávila y el archivo del expediente Riofrío en la Sierra de Yemas.
El riesgo de la minería extractivista en el territorio abulense, caracterizada por la extracción de minerales para su exportación a otras regiones económicas, por la remoción de grandes volúmenes de suelo que la actividad minera lleva asociada, por los impactos en la salud de la población, en el abastecimiento y en la calidad de las aguas y del aire y en la economía local, no ha desaparecido totalmente, por dos razones principalmente: por un lado, la contrastada calidad y cantidad de minerales que hay en el subsuelo y, por otro, por el contexto de riesgo permanente en la provisión de materias primas en una economía cada vez más interrelacionada y global. Sobre este particular tuve la ocasión de escribir un artículo publicado por Avilared con el título 'Minería a cielo abierto en Ávila: el nuevo gran juego por los recursos naturales'.
Lo cierto es que la nueva ofensiva minera se libra, desde hace dos años, exclusivamente en el Valle del Corneja, a través de la tramitación de varios expedientes mineros: el permiso de explotación Sonsoles, de 2017; el permiso de explotación Madueña, solicitado en 2021, y; el permiso de investigación Polonia, solicitado recientemente en 2022.
La tramitación de varios expedientes en un solo territorio responde a una lección aprendida por parte de las empresas mineras, la de no volver a tramitar varios expedientes “a la vez” en diferentes territorios, una vez demostrada la implicación y la capacidad de movilización de la ciudadanía abulense. Además, algo que también caracteriza a las empresas extractivistas es su constante observación y estudio de los territorios “a priori” más favorables para el desarrollo de su actividad. En ese sentido, la comarca de Piedrahíta y El Barco de Ávila, en la que se localiza el Valle del Corneja, presenta graves problemas de aislamiento y exclusión territorial desde hace décadas, que ha dado lugar a una despoblación pertinaz, a un envejecimiento de la población y a problemas asociados, como el escaso dinamismo social y económico, la falta de servicios básicos y una falta de atractivo para establecer una residencia permanente. El Valle del Corneja, “a priori”, es un territorio con menores posibilidades de movilización ciudadana, peor defendido, “un blanco más fácil” para las estrategias empresariales de mercantilización de los recursos naturales, si se compara con la Sierra de Yemas y la Sierra de Ávila más cercanas a Ávila y con una fuerte presencia de su población en la capital.
Decimos a priori, porque el Valle del Corneja cuenta a su favor con el liderazgo de la Plataforma No a la Mina en el Valle del Corneja y la Asociación Vive El Valle del Corneja y el aprendizaje adquirido en la gestión de conflictos durante cinco años de lucha en torno al feldespato. También en su historia reciente ha dado muestras de una cultura de la movilización en defensa de su territorio, que es conveniente recordar; nos referimos al conflicto librado contra el Grupo Pascual, en el intento de instalar una embotelladora de agua en las fuentes del Río Corneja, o contra la instalación de macro parques eólicos en la Sierra de Villafranca.
Por último, nos hemos referido a la aparición de nuevos actores económicos (empresas) en esta nueva fase de minería extractivista, que la Ley de Minas de 1973, muy criticada por numerosos movimientos ciudadanos por su pre constitucionalidad y obsolescencia, posibilita hacer confluir en el Valle del Corneja. Nos referimos a dos empresas tan dispares como Transportes Excavaciones y Hormigones Sonsoles SL sin apenas trabajadores, sin facturación y en riesgo de insolvencia debido a las pérdidas anuales acumuladas, y una empresa filial del Grupo Cosentino, que cuenta con más 5.000 trabajadores, con presencia en 40 países, una facturación de 1.000 millones de euros y un beneficio neto de 65 millones de euros.
En relación con el Grupo Cosentino, a principios de marzo aparecían noticias en las que se daba cuenta de un conflicto laboral relacionado con el riesgo de contraer silicosis y cáncer, por parte de sus trabajadores, por la exposición al polvo de sílice, que nos deben poner sobre la pista de las consecuencias de la contaminación atmosférica de la actividad minera para la población, cuyas casas se localizan a escasos cientos de metros, además de la contaminación y disponibilidad de agua para el consumo.
La inhalación de partículas sólidas de polvo de sílice es un riesgo laboral en las minas a cielo abierto durante las actividades de extracción, traslado, procesado y distribución de los materiales, reconocido por numerosa bibliografía especializada y, por lo tanto, para la población que reside en el ámbito de influencia de la actividad minera. Sin embargo, en las evaluaciones de impacto ambiental de los proyectos de explotación del Triángulo del Feldespato, a los que este investigador ha tenido acceso, sorprende la minimización que se hace del impacto en la calidad del aire. En el informe de impacto ambiental del expediente Leito (Sierra de Ávila) limitaba la emisión de partículas en suspensión a la actividad de transporte de los vehículos y como medida correctora proponía el riego periódico de las zonas tránsito. En el caso del expediente Madueña (Valle del Corneja), reconoce impactos en la calidad del aire durante todo el proceso, derivados de la emisión de polvo, pero lo califica de temporal, reversible y recuperable, y no propone medidas correctoras.
La Plataforma Ciudadana No a la Mina en el Valle del Corneja y la Asociación Vive el Valle del Corneja deben hacer un llamamiento a las autoridades sanitarias sobre este aspecto, que afectaría especialmente a la calidad de vida de la población del Valle y sobremanera a la población más vulnerable.
Queremos que el Valle del Corneja siga siendo un espacio saludable y que no se convierta en un Silicosis Valley.
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