Tras una protesta convocada por el Comité de Empresa el 25 de febrero, el gerente de Pronisa ha explicado que el descontento de los empleados obedece a las decisiones adoptadas “en el ámbito del convenio colectivo en unas circunstancias absolutamente extraordinarias” a causa de la pandemia.

Han sido decisiones “motivadas por la situación sanitaria para proteger la salud y la vida de personas” en el Centro Espíritu Santo, donde los residentes “tienen unas patologías añadidas que complican” la situación.

Rodríguez ha lamentado que “no haya podido llegarse a acuerdos” con los trabajadores, y ha señalado que las decisiones han estado “enmarcadas en el ámbito del convenio colectivo del sector”, y tienen “como base fundamental la protección de la salud, la vida, y el mantenimiento de ratios con los profesionales necesarios para dar un servicio de calidad y el cumplimiento de la normativa que nos obliga para la gestión de residencias”.

También ha dicho que ha sido “dura” la gestión en este tiempo, y que “sigue estando vigente la pandemia y debemos tener precaución”. Según Rodríguez, no se trata de un problema de falta de personal.

A la vez, ha rechazado falta de negociación con la parte social, ya que “durante los dos últimos” han mantenido “una comunicación permanente, y en la última parte del año pasado hubo numerosas reuniones en las que lamentablemente, con responsabilidad de ambas partes, no se ha llegado a acuerdos”, a pesar de “una negociación intensa y dura”.