Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025

Retratistas de Ávila en Guerra (1936-1939)
La exposición ‘Corresponsales en la Guerra de España 1936-1939’, que durante el mes de febrero tiene lugar en el Episcopio municipal, nos sirve en esta ocasión de excelente referencia para tratar sobre los fotoperiodistas que hicieron lo propio recorriendo Ávila dando testimonio de la contienda. Lo relevante ahora es la repercusión que ello tuvo en la prensa y en el acervo de los reporteros y artistas gráficos transcendiendo a la conocida historia local.
Los fotógrafos de la guerra española coinciden con el ideario de los corresponsales, a los que Paul Preston denominó “idealistas bajo las balas”. Ambos, a través de sus relatos en escritura o imagen, desempeñan en su oficio la función reveladora de dar a conocer los episodios más destacados del conflicto, así como de aspectos de la vida cotidiana.
“Los corresponsales visitaron los frentes, los hospitales y las escuelas; escucharon a los que sufren y a los héroes, sintieron el estallido de las bombas y el llanto de los moribundos”, se dice en el catálogo de la exposición.
En esto, Ávila figura con desigual fortuna en dos frentes: el bando “nacional” de la España levantada en armas que es aceptado en la capital y en el norte de la provincia; y el bando republicano que lucha en los pueblos de Tierra de Pinares y el bajo Alberche, mientras algunos de la comarca del Tiétar ofrecen resistencia.
En la exposición nos reencontramos con las crónicas de conocidos escritores y periodistas, como Ernest Hemingway y John Dos Passos, quienes ya habían transitado por la tierra abulense años antes.
Hemingway viajó por España en 1931 y recorrió entonces la Sierra de Gredos parando en El Barco de Ávila durante un par de meses, y conoció Ávila atraído por los místicos y sus murallas, dejando huella en su novela “Por quién doblan las campanas” (1940). Desde El Barco, Hemingway escribió el 26 de junio de 1931 a Dos Passos hablándole de lo maravilloso del pueblo, de las buenas truchas del Tormes, de las cabras salvajes de Gredos, de la buena comida y de la gente amable.
Por su parte, Dos Passos y su esposa Katy, después de entrevistar a Azaña en 1931, recorren España por carretera parando entonces en Ávila,la ciudad de Santa Teresa y San Juan de la Cruz a quienes cita en su libro “Rocinante vuelve al camino” (1923).
De la misma manera que los corresponsales fueron unos “idealistas bajo las balas”, los fotógrafos de la Guerra Civil fueron auténticos “héroes sin armas”, como se les llamó en la exposición dedicada a los reporteros gráficos José Demaría Vázquez (Pepe Campúa), Alfonso Sánchez Portela (Alfonsito), Luis Ramón Marín y José María Díaz-Casariego. Ellos, y otros muchos, también recorrieron Ávila y sus pueblos como notarios de aquella guerra.
Su actividad, se define así en la presentación de sus heroicidades: "Al estallar la Guerra Civil española, los fotógrafos dispararon su mejor arma, la cámara. Sus instantáneas se convirtieron en reflejo incómodo de una realidad que ambos bandos querían usar como propaganda, pero mostraba, sin manipulación, la dureza de la lucha fratricida" (La Fábrica, 2010).
Decía Robert Capa que “una guerra sin imágenes no es solamente una causa ignorada, es una causa perdida”. Con esta máxima, una larga pléyade de fotógrafos españoles y extranjeros se convirtieron en protagonistas del conflicto bélico. Sus reportajes nutrieron con éxito e interés periódicos y revistas ilustradas de todo el mundo con una cobertura inusual. Igual que hicieron en sus crónicas informativas intelectuales, pensadores y artistas de diferentes tendencias e ideologías.
Siguiendo la pista abulense a través de las crónicas extranjeras que figuran en la exposición de Ávila, ya hemos citado a Hemingway y a Dos Passos por su relación literaria con esta tierra, aunque no sobre la guerra. Sin embargo, sí que figura en el muestrario que cuelga en el Episcopio el reportero Harold G. Cardozo (1888-1961), enviado especial del Dayly Mail de Londres, con un texto sobre el asedio al Alcázar de Toledo firmado el 30/09/1936.
En este tiempo, Cardozo, que trabaja en las zonas de los sublevados, pasa por Ávila y fotografía la plaza del Mercado Grande y una escena de la carretera nevada donde se quedó atascado con el coche camino de Talavera de la Reina, publicándolo todo en “Themarchof a nation: myyearofSapin’s civil war” (1937).
La difusión de las crónicas de Cardozo en otros medios se observa en L’Illustration (12/12/1936), donde se publica la foto de la carretera nevada de Ávila y en La DépêcheAlgérienne(13/08/1936), por ejemplo, a la vez que el diario argelino apunta que el avión republicano que bombardeó Ávila en 1936, destruyendo la red de abastecimiento, había sido derribado.
A la corresponsalía extranjera en Ávila se sumó el reportero y fotógrafo Jean Clair-Guyot (1880-1956) enviado especial del periódico parisino L’Illustration. Aquí publica el 7 de noviembre de 1936 un extenso reportaje sobre “España en guerra” dedicado al avance de las tropas franquistas del general Varela.
Ávila aparece retratada en la plaza del Mercado Chico en un viernes animado con las mercaderías de frutas y verduras, ajena al frente bélico que se cierne a su alrededor. Clair-Guyot trabajaba entonces para el servicio fotográfico de la revista que dirigía Emmanuel Sougez, autor de las fotografías incluidas en“Ávila, el castillo de Dios” (Mundo Hispánico, 1954).
Especial papel desempeñó en la cobertura gráfica de la Guerra civil la revista francesa Regards (Miradas), de tendencia comunista. En su número del 20 de agosto de 1936, se publica un amplio reportaje de los combates en el frente abulense de Navalperal de Pinares con fotografías del teniente coronel Julio Mangada con Largo Caballero, del socialista Julio Álvarez del Vayo con los milicianos, de los milicianos atacando, y de una miliciana de la columna Mangada ondeando la bandera de victoria. Imágenes que ilustran el artículo del enviado especial J. E. Pouterman.
Igualmente, el periodista francés Lucien del Sol escribe en Le Journal (25/12/1936) una ilustrativa crónica sobre la Legión Cóndor en Ávila:
“Dos divisiones de infantería alemana se han instalado en Castilla. No es una imagen retórica la alusión al ruido de las botas alemanas en las calles de Ávila. Es perceptible. Los pasos de la Legión Cóndor resuenan sobre la plaza Mayor y hasta en lo más hondo de las callejuelas empedradas de la parte vieja de la ciudad”, se reproduce en el periódico La Voz (2/01/1937).
De la misma manera, es llamativa la crónica ilustrada sobre la entrevista de Franco y el general Mola en Ávila publicada en Le Journal (30/12/1936).
Aparte de las crónicas extranjeras, y de las que publica de forma continuada El Diario de Ávila,la narrativa gráfica de la guerra en la provincia de Ávilala encontramos en las revistas Blanco y Negro, Estampa, Crónica y Mundo Gráfico; y en los periódicos Abc, Ahora, El Liberal, La Libertad, Mundo gráfico, La Vanguardiay La Voz.
A ello se suma el relato de los fotoperiodistas que nutrieron el archivo republicano del antiguo Ministerio de Propaganda, y el de la Junta de Defensa de Madrid (Archivo Rojo),así comolos ficheros del diario ABC y los que llevaban losnacionales a través de laDelegación del Estado para Prensa y Propagandaque se conservan en la Biblioteca Nacional y en el Ministerio de Cultura. Ahora, a partir de estosfondos trazamos el imaginario de aquella época, atendiendo al carácter propagandístico que se pretendía con su publicación, y por la información que facilitaban al bando destinatario.
Con todo, Ávila se sitúa así en la historia de la “fotografía de guerra”, género que se consolidó en la Guerra Civil Española,a la par que el gran fotoperiodismo (Juan M. Sánchez Vigil y Mª Olivera en Fotoperiodismo y República, 2014).
En este periplo, las crónicas gráficas abulenses se firman por los reporteros Alberoy Segovia, Alfonso, Ayllón, Benítez Casaux, ‘Campúa’, Centelles, Cervera, Contreras, Cortés, David, Díaz Casariego, ‘Duero’, Hermes Pato, Manzano, Marín, Marina, Mayoral, Pando, Santos Yubero, Santa María del Villar, Tello, Nieto, Vidal, Videa, Vilaseca y Yusti. A los que añadimos el inglés H. G. Cardozo, y el francés Jean Clair-Guyot, ya citados, y los alemanes Otto Pless y Walter Reuter.
Las localidades donde retrataron el paso de la guerra y sus efectos, según figuran en los registros de propaganda ministerial y en la prensa, son La Adrada, Ávila, Arenas de San Pedro, Casavieja, Cebreros, Mingorría, Navalperal de Pinares, Las Navas del Marqués, Papatrigo, Peguerinos, Piedralaves, San Esteban de los Patos, Ramacastañas, Sotillo de la Adrada, y El Tiemblo. Dejamos aparte otras fotografías del periodo que nos ocupa realizadas sin ánimo propagandístico.
Una de las primeras imágenes del comienzo de la Guerra Civil es la realizada por Hermes Pato (1897-1978) para la agencia CIFRA que titula: “Traslado de los restos de Sanjurjo. Paso por Ávila del tren que conduce el cadáver del heroico General Sanjurjo a Pamplona”.
El llamado a ser el comandante en jefe del alzamiento había muerto en un accidente aéreo el 20 de julio de 1936, dos días después del golpe de Estado. El paso por Ávila de sus restos fue aclamado por una gran muchedumbre que se agolpaba en la estación.
Ya en plena guerra, los frentes de Navalperal de Pinares, distante 30 km. de Ávila, en el sector Navalperal-Cebreros,y del Peguerinos, en el flanco izquierdo del sector de Guadarrama, fueron el escenario bélico por excelencia en la provincia durante el segundo semestre de 1936.
En este periodo, en Navalperal se estableció el cuartel general del entonces teniente coronel Julio Mangada, autor de un libro en esperanto dedicado a Ávila (1924) y victorioso en su lucha contra la columna del comandante Doval.
Las hazañas de Mangada atrajeron a un gran número de reporteros. Entre los primeros citamos a Daniel Gallego Manzano (1917-1972), quien se une a la euforia republicanaen el diario “Ahora” del 2 de agosto de 1936 con una foto que reza: «Milicianos de la columna del teniente coronel Mangada en un automóvil cogido a los rebeldes en la toma de Navalperal.
En esta acción los leales causaron 85 muertos a los facciosos. Milicianos éstos a los que retrata José Tello Muñoz (1873-1957) cuando están a 17 kilómetros de Ávila (ABC, 31/07/1936).
También sigue la marcha de la guerra Martín Santos Yubero (1903-1994): “Una vez batido el enemigo en las cercanías de Ávila, las avanzadillas esperan tranquilas las órdenes del jefe de la columna, Sr. Mangada” (La Libertad, 1/08/1936).
En otras instantáneas, Santos Yubero retrataa la escuadra de milicianos ferroviarios del Norte que participante en la toma de Navalperal y a otros ante el automóvil “cogido a los facciosos” (La Libertad, 2/08/1936). A estas imágenes se suman las de«bravas fuerzas de la columna Mangada entrando victoriosas en el pueblo» (La Libertad, 7/08/1936), la de la toma total de Navalperal, que se produce a la vez que Navalmoral de la Sierra, y la de la confiscación de armamento en Arenas de San Pedro (ABC, 31/08/1936), así como varias de Santiago Carrillo junto a Mangada.
En la misma línea,en el periódico “El Liberal” del28 de agosto de 1936, José Mª Díaz Casariego (1897-1967) publica un retrato de Julio Mangada cuando se le impone el fajín de general, por lo que se le apoda“General del Pueblo”, a la vez quereseña en otra foto: «Grupo de valientes milicianos con parte del numeroso material cogido por las fuerzas leales a los sediciosos durante el combate sostenido el miércoles en Navalperal, en el que los rebeldes sufrieron una gran derrota.
Entre dicho material figuran varios automóviles de la matrícula de Valladolid y Salamanca». Imagen ésta que reproduce también el diario “La Libertad” (3/09/1936), y para ABC (31/08/1936) fotografía el tren blindado de Navalperal.
El ardor y el entusiasmo de la tropa por la toma de Navalperal se recoge también por Luis Ramón Marín (1884-1944) en los diarios ABC (24 y 31 /08/1936) y Ahora (28/08/1936) al que se suma José Tello.
Lo mismo que hace el periódico “La Voz”, con fotografía deRadio Chamartín en una panorámica con los efectos del bombardeo de los artilleros. Más aún, la revista “Mundo gráfico”(26/08/1936) publica a doble página la foto de Oples (Otto Pless, 1898-1972) que titula: "La columna Mangada en pleno combate". Un documento de las últimas actuaciones de la columna Mangada en el frente de Navalperal. "Los milicianos, estratégicamente parapetados tirotean a las fuerzas contrarias".
En otras fotos rubrica: “Cómo vigilan las gentes de pueblo. Los campesinos de Navalperal, convertidos en milicianos, comprueban la documentación de un coche”. Y en la última del reportaje, señala en al dorso de la fotografía original con el sello del partido comunista: “La lucha en las cumbres. Estudiantes de la Federación Universitaria Escolar transportando municiones a las avanzadas de la columna Mangada en el frente de Navalperal”.
También aquí Benítez Casaux retrata a las Milicias Populares en acción (ABC, 31/08/1936 y (Ahora,18/09/1936), lo mismo que las avanzadillas de Navalperal también son fotografiadas por Ayllón (ABC, 30/09/1936), en Arenas de San Pedro los milicianos lo son por David (Ahora, 1/08/1936).
En este ambiente es destacable la intensa actividad desarrollada en Navalperal por Felix Albero (1894-1964) y Francisco Segovia (1901-1975), quienes formados con el célebre fotógrafo ‘Kaulak’ fundan la agencia “Albero y Segovia”. Son abundantes sus reportajes para el diario ABC (31/07 y 1/09/1936).Interesante también el artículo que escribe Maruja Sánchez Camacho con fotos de Albero y Segovia dedicado a las muchachas madrileñas titulado “Carta abierta de una mecanógrafa que ha estado en el frente”, donde apunta:
“Tened presente, muchachos de Guadarrama, de Peguerinos, de Navalperal, y los últimos que visité, carabineros y milicianos de Somosierra, que esta insignificante muchacha, que ha compartido con vosotros unas horas, vive para vosotros, suspira por volver a vuestro lado” (Crónica, 30/08/1936).
Mientras tanto, en la capital abulense, Pedro Gutiérrez Somoza (1891-1971), “Foto Duero”, informa en agosto al dorso de una foto del Mercado Grande de Ávila que aquí “se vive normalmente”.
El diario “La Libertad” del 4 de septiembre de 1936 publica un artículo del periodista Lázaro Somoza Silva (1895-1946) ilustrado con fotografías de Díaz Casariego: “Milicianos y soldados avanzando en guerrilla sobre el frente faccioso de Peguerinos”. De Félix Ortiz Perelló(1885-1956), fundador de la agencia ‘Piortiz’ es la foto “Mozo armado, del pueblo de Peguerinos, vigila atenta y cuidadosamente desde lo alto de unas pilas de maderos el movimiento del enemigo, que acusa una retirada sorprendente”. Y de Alfonso Sánchez Portela (1902-1990) las tituladas:
“Largo Caballero revistando en Navalperal el batallón que lleva su nombre, y que forma parte de la columna Mangada”, y “La Abanderada en el desfile de una de las Compañías de la columna Mangada” (ABC, 31/08/1936), además de otras de los milicianos en Navalperal, y retirando heridos con un carro en Peguerinos (ABC, 31/07/ y 31/08/ y 30/09/1936).
También es extraordinario el reportaje de Vicente LópezVidea (1893-1946) titulado “Héroes del pueblo. La primera compañía del batallón Largo Caballero”, publicado en la revista Crónica (13/09/1936), cuya portada se dedica a la miliciana Josefina Vara, distinguida por su comportamiento heroico durante los combates de Ávila.
Juan Miguel Pando (1915-1992) fotografía el frente de Peguerinos para la revista “Ahora” (6/09/1936) en un reportaje del batallón “Octubre” al que pasa revista Largo Caballero, días antes de ser nombrado presidente del Consejo de ministros y Ministro de la Guerra. Antes, y del mismo escenario, Gerardo Contreras (1902-1971), asociado con Alejandro Vilaseca (1890-1960), fotografió aquí al dirigente socialista y comandante de las milicias, Fernando de Rosas, y tomó otras instantáneas de los milicianos parapetados y del transporte de heridos en una caballería de ambulancia sanitaria (La Vanguardia, 16/08/1936).
Al mismo tiempo, Manuel Cervera (1877-1968) retrata al célebre sargento de milicias apodado “Pernales” en su observatorio del avance de Peguerinos (ABC, 31/08/1936).
Años después, algunos de los combatientes de Peguerinos protagonizan las páginas de sociedad, como Carmen Fernández, que allí alcanzó el grado de brigada, y de la que se dice en la revista Crónica (09/05/1937): “la heroína madrileña que ha ganado el grado de teniente combatiendo, y a la que, una de las veces que fue herida hubo que amputarle una pierna”, según escribe y fotografía Vicente Vidal Corella (1905-1992).
El periódico“La Libertad” (11/10/1936) sigue prestando atención a las acciones del sector Navalperal-Cebreros con fotos de Sánchez Portela y de “Piortiz” con el siguiente pie: "Bravos milicianos han conseguido echar al enemigo de sus magníficas posiciones rocosas. Varios aquí celebran alborozados la conquista de esta posición que parecía inexpugnable".
La lucha en el sector Navalperal-Cebreros continúa: «Nuestra inquebrantable resistencia en el sector de Navalperal», titula el diario “Ahora”(13/10/1936) en un amplio reportaje de Mariano Marina de Pablo (1911-1984).
Igualmente,“La Vanguardia”(15/10/1936), con fotografías del joven Agustí Centelles (1909-1985),titula su reportaje de cinco fotografías:"Catalanes en el sector de Ávila. Milicianos de la columna catalana que opera en el frente de Ávila con la bandera de las cuatro barras, otras con una ametralladora o disparando contra el enemigo tras unas peñas".
Por lo demás, la vida cotidiana de los milicianos de la columna Mangada es retratada con todo lujo de detalles por Vicente Nieto Canedo (1913-2013): «El miliciano que retrató la guerra en Ávila», titula el “Diario de Ávila”(25/06/2011) con motivo de la exposición celebrada en su honor en Navalperal, al tiempo que el Centro de Documentación de la Memoria Histórica de Salamanca exhibía su obra en una muestra retrospectiva.
Sobre Vicente Nieto, fotógrafo de guerra, se dice en el catálogo: «Alistado como voluntario en las milicias republicanas comienza a fotografiar la vida cotidiana de las tropas. Los motivos retratados están lejos de representar explícitamente el dramatismo del conflicto bélico o los comportamientos heroicos de los soldados.
Al contrario, el autor muestra un escenario paradójico en el que lo real reside en la precariedad de recursos y lasimplicidad a menudo pintoresca de la vida diaria, mientras que las escenas bélicas son puestas en escena ficticias».Con esta idea, Vicente Nieto se mueve con naturalidad en los frentes de Navalperal, Las Navas del Marqués y Hoyo de Pinares. Después de la guerra, en 1959-1961, recorre las localidades de Ávila, el Tiemblo, Pedro Bernardo y Arenas de san Pedro, dejándonos hermosas vistas lúdicas y costumbristas.
Al mismo tiempo, en Madrid, atendiendo al titular “Cada región, su milicia”se organiza la milicia abulense,compuesta por la Junta directiva de la Casa de Ávila en la capital, para ayuda contra los sublevados bajo el nombre de los Comuneros que se borda en banderines. Les apoya el diputado socialista por SalamancaValeriano Casanueva:
“Yo vine aquí a hacer lo que hiciese falta, sabiendo que el único diputado socialista de Ávila, García Muro, no podía hacerlo desgraciadamente”, ya que había sido fusilado. Ilustra el reportaje en la revista “Estampa”(7/10/1936) Germán Yusti (1902-1971).
Seguidamente, en diciembre de 1936, una vez que los sublevados han tomado los sectores de Navalperal y Peguerinos y son sofocados todos los conatos y resistencias al alzamiento en Ávila,la Sección de Información Gráfica de la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda (DELESPRO) del bando nacional, así como la Sección Técnica del Ministerio de Interior,formaron un archivo fotográfico sobre los destrozos y profanaciones producidos en los pueblos abulenses del Valle del Tiétar, el Bajo Alberche y Tierra de Pinares.
Por las fotografías de dichos archivos, donde no figura su autor, sabemos que fueron saqueadas las iglesias y destrozados sus altares, imágenes y algunos órganos musicales, y destruidas algunas casas en La Adrada y la vecina Iglesuela, Casavieja,Navalperal, Las Navas del Marqués, Poyales del Hoyo, Piedralaves, Ramacastañas, Sotillo de la Adrada,y El Tiemblo. También fue saqueado en Cebreros el palacio de Quexigal.
Por su parte, Miguel Cortés Faure (1891-1960) tomó el relevo en Navalperal de los reporteros republicanos el 4 de diciembre de 1936 acompañado de periodistas extranjeros y nacionales. En el amplio reportaje que hizo retrató el caserío arruinado reseñando al dorso de las fotografías:
“Humildes casas del pueblo destruido e incendiadas por los criminales bombardeos rojos al verse arrojados del pueblo por las tropas libertadoras que hicieron huir al Jefe Mangada que había instalado allí su veraniego Cuartel General”.
También dio cuenta de los daños en la iglesia parroquial, saqueada y quemados sus altares en la plaza. En estas mismas fechas, Cortés fotografía la llegada de las fuerzas nacionales a las Navas del Marqués para reforzar las posiciones avanzadas del sector conquistado, y anota en una fotografía: “casa de un comerciante fascista a quien los rojos asesinaros, incendiada y saqueadas por los criminales marxistas”.
Las fotografías de la vanguardia de las tropas franquistas en Ávila fueron realizadas a partir de 1937 por José Demaría Vázquez (1900-1975), cuya obra fue expuesta en 2014 en el patio del Palacio de Polentinos, sede del Archivo General de Ávila. Con tal motivo, el Diario de Ávila(11/05/2014) tituló: “Fotógrafo del bando nacional. Una exposición de José Demaría 'Campúa' muestra los movimientos de tropas registrados en Ávila en la Guerra Civil, la Legión Condor o la Academia de Alféreces Provisional, cuya sede estaba en Santo Tomás”..
Acompaña a ‘Campúa’ en la exposición su amigo el periodista Víctor Ruiz Albéniz, llamado El Tebib Arrumi, quien fue Cronista Oficial de Madrid y conocido como "el cronista de Franco".
Durante y al final de la guerra, se suceden grandes movimientos de personas y evacuaciones de los que quieren huir de los vencedores. Entre las fotografías propagandistas de estas escenas, una de ellas tiene la siguiente leyenda al dorso: “Fugitivos de Segovia y Ávila en Madrid”. Su autor es el alemán Walter Reuter (1906-2005), un fotógrafo humanista comprometido con la República que recorrió la España en guerra.
De Diego Quiroga, Marqués de Santa María del Villar (1880-1976), un enamorado del Valle del Tiétar, figura en el archivo del Ministerio de Interior varias vistas de Villarejo y Mombeltrán ajenas al conflicto bélico, junto a otras muchas del norte de España y el frente de Aragón.
Siendo también curioso es el reportaje del Tercio de Requetés de Monserrat realizado por el consiliario Salvador Nonell, el cual se acantonó en San Estaban de los Patos después de pasar por Mingorría en 1938, para hacer unas meras maniobras militares.
Finalmente, citamos a José Mayoral Encinar (1892-1971), quien fue el auténtico notario gráfico de todo cuanto sucedió en Ávila durante la guerra, tal y como documentamos en el libro de José Belmonte (Ávila en la Guerra Civil, 2013). Mayoral trabajó en el Diario de Ávilay fue corresponsal de la prensa madrileña y de varias agencias. Para la Delegación del Estado para Prensa y Propaganda fotografió en Ávila desfiles, juras de bandera, manifestaciones y vítores al generalísimo, y vistas del caserío destruido por las bombas de los “rojos”.
En otro reportaje, Mayoral recogió el dolor y los daños causados por las bombas en Papatrigo, donde murió una niña de quince años.Siendo reseñable también el reportaje de las faenas agrícolas hecho en Mingorría durante la jornada propagandista de la Hermandad de la Ciudad y el Campo, llevada a cabo en 1937 por la Sección Femenina de Falange, con asistencia de su fundadora Pilar Primo de Rivera (Imperio, 31/07/1937). Por último, Mayoral también fotografió los efectos de la guerra en Alba de Tormes, Brunete, Navalperal, Peñaranda Somosierra y Villacastín. La exposición puede verse en Ávila hasta el 26 de febrero.
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