Por otro lado, se cumplen en este año 125 años desde la fundación del Casino Abulense, así que con la conferencia que impartirá Jesús María Sanchidrián Gallego, cronista oficial de Ávila, se quiere contribuir a la divulgación del rico patrimonio cultural de la ciudad.

El acto ha sido organizado por el Casino Abulense y es, de alguna manera, una prolongación del celebrado en dicho Museo de Ávila el pasado 8 de julio de 2021 con motivo de la presentación de la pieza de verano dedicada a una impresionante valla publicitaria del viejo café que se exhibe en el almacén visitable de Santo Tomé el Viejo. Igual que también se conferenció en la Fundación Ávila el 22 de noviembre de 2021 en el acto organizado por la Asociación de Vecinos Puerta del Alcázar.

Pepillo fue uno de los establecimientos hosteleros más emblemáticos de Ávila durante el siglo XX. Su mantenimiento a través de varias generaciones y su ubicación privilegiada en la plaza de Santa Teresa o del Mercado Grande, junto a la iglesia de San Pedro y en el bajo del edificio donde se emplazaba la antigua sede del casino, hicieron de él un referente de la ciudad.

Fue fundado en 1873 por José Álvarez Portal ‘Pepillo’ con el nombre oficial de Café de La Amistad, aunque desde el primer momento se conoció como Pepillo. En 1928 cambió de dueños, haciéndose cargo del local Joaquín Trullén, Pedro Alcover y Constancio González. Ahora, Elena Martín Trullén ha donado este antiguo cartel publicitario de carretera, situado en las afueras de la ciudad. Así recibía a los visitantes anunciándoles ya, junto con el café, uno de los iconos culturales de la ciudad: sus murallas.

Este establecimiento fue visitado por un importante elenco de personajes ilustres, todos aquellos que bajo cualquier circunstancia pasaban por la ciudad: políticos, escritores, cantantes, actores… Pero en los años 80 del siglo XX tuvo que cerrar, como consecuencia de la venta y demolición del inmueble en el que se encontraba ubicado. Aunque se llevó a cabo incluso una campaña de recogida de firmas para evitar su cierre, la demolición del edificio se produjo finalmente en el año 1984.

En 1998, Orencio Trullén Sánchez (en representación de sus hermanos Joaquín y Emilio como últimos propietarios del local) donó al Museo de Ávila un viejo tostador de café del establecimiento, que desde entonces pasó a formar parte de las colecciones del centro como exponente tanto de nuestro patrimonio industrial como de la historia más reciente de la ciudad y provincia.