“Un diálogo con el sucesor de Pedro que nos reafirma en la unidad y en el cariño al papa", en una reunión que ha calificado como “emocionante”. El obispo de Ávila ha participado en una audiencia con el papa junto con el resto de obispos de las provincias eclesiásticas de Valladolid, Madrid, Toledo y el Arzobispado Castrense, que han participado en el último turno de la Visita ad limina de los prelados españoles.

El papa les ha pedido que hablasen “sin censura, con total confianza”.  Y “en un clima fraterno ha ido dando respuesta a nuestras preguntas", según Gil Tamayo.

El sumo pontífice les ha pedido que tengan presentes en su ministerio episcopal "cuatro cercanías”: “una cercanía fundamental con Dios, ser hombres de oración de profunda comunión con el Señor. Cercanía también entre nosotros, los obispos, viviendo una verdadera comunión, de ayuda mutua, de corrección de decirnos las cosas a la cara, de sinceridad de unos para con otros, de una verdadera unidad que forja la Iglesia haciendo visible la comunión en ella”.

“Nos ha pedido también cercanía a los sacerdotes, porque ellos son, nos ha dicho, nuestros prójimos más cercanos, y el obispo sin el sacerdote no puede hacer nada; una cercanía hecha cariño, hecha fraternidad. Y por último, nos pedía el papa otra cercanía no menos importante, signo del Buen Pastor: la cercanía a los pobres, a los más necesitados, haciendo presente el rostro de Jesús, buen samaritano", ha explicado.

Salir unidos
Durante la audiencia, también se ha hablado de la pandemia, coincidiendo todos ellos en deben salir “unidos, buscando la primacía del ser humano y sobre todo la primacía de Dios”. “Tenemos que salir realmente cambiando nuestro mundo en una nueva lógica que no es la lógica del dinero, que no es la del poder, sino la del bien común y de la solidaridad". Otros temas abordados han estado dedicados a la juventud, la evangelización, temas pastorales y el acercamiento a las personas con más necesidad.

El encuentro con el papa y la recepción en la Embajada de España ante la Santa Sede ha sido el final de una semana en el Vaticano. La impresión personal del obispo de Ávila, en su primera visita ad limina, ha sido “francamente positiva y alentadora”, y califica estas jornadas como “una verdadera comunión, también entre los obispos de este grupo, de convivencia diaria, de la celebración conjunta de la eucaristía en las basílicas, una afirmación de catolicidad, de comunión con el sucesor de Pedro y de comunión en el colegio episcopal”. “Y hemos tenido muy presente a cada una de nuestras diócesis”, ha añadido.