Del Miércoles, 15 de Octubre de 2025 al Sábado, 18 de Octubre de 2025
Las Jornadas de Empresas Tecnológicas de Cruz Roja Ávila han presentado el traje sensitivo de la Fundación de Investigación de Biomédica del Hospital Universitario de Getafe (Madrid).
Salir a la calle a dar un paseo, comprar el pan, ir al banco o a la farmacia se convierte en una carrera de obstáculos cuando los años y las enfermedades derivadas del envejecimiento aparecen en una persona. Una realidad que es ajena para aquellas personas que no tienen estos problemas de movilidad e incluso de visión.
Con el objetivo de investigar la forma de ralentizar los efectos del envejecimiento y la de concienciar a la sociedad para que empatice con los mayores y busque soluciones para mejorar sus hábitos de vida, la Fundación de Investigación de Biomédica del Hospital Universitario de Getafe ha creado un simulador, que consiste en un traje formado por diversos elementos como calzas, pesas, chaleco o gafas.
Cada elemento del traje por separado “no contribuyen al envejecimiento”, según han señalado en la presentación Marta Checa de la fundación. No obstante, cuando las diferentes piezas del traje se unen se convierten en un impedimento y una barrera para caminar.
Un traje sensitivo que han presentado en el auditorio de la Fundación Ávila en el marco de las Primeras Jornadas de Empresas Tecnológicas de Cruz Roja. En un primer lugar, los miembros de la fundación explicaron los beneficios de llevar unos hábitos de vida saludables que ayudarán a retrasar la aparición de enfermedades como la artrosis y del ahorro económico que supone para el Estado retrasar este tipo de molestias. Y posteriormente, pidieron la colaboración del público para qué empatizará con los mayores probándose la prenda.
Un traje para ponerse en el lugar del otro
Durante la demostración del traje sensitivo, los asistentes pudieron conocer sus efectos, gracias a Marta Checa del Hospital Universitario de Getafe. El primer elemento se trata de unas calzas “para qué la persona que se lo prueba pierda esa sensación con el suelo y se encuentre más inestable”, luego unas pesas que disminuyen el juego del tobillo y unas rodilleras para limitar la articulación de la rodilla. Después, unos guantes para perder la destreza a la hora de coger cosas y unos manguitos en los brazos. Y para completar el traje sensitivo, un chaleco, unas gafas que simulan varias enfermedades oculares y unos auriculares que aíslan el sonido.
“Hicimos un experimento para ponérselo al personal de nuestro hospital, (…) con esto se mejoró la atención al usuario y planteamos un recorrido diferente para que las personas mayores acudieran a urgencias”, explica Checa.
Tras la presentación del traje sensitivo, algunos asistentes quisieron despejar sus dudas y aseguraron que empezarían a cuidarse desde ya para evitar o intentar atrasar las enfermedades producidas por el envejecimiento que complican el día a día de los más mayores.
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