Del Martes, 30 de Septiembre de 2025 al Sábado, 04 de Octubre de 2025
El obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, ha aprovechado la homilía de la festividad de San Segundo para reivindicar una “deuda histórica” para la ciudad y la provincia, que debería ser saldada por las empresas apoyadas por las Administraciones, a la vez que ha instado a la unidad de la sociedad.
“Reconozcámoslo, tenemos carencias endémicas. No podemos taparlas con maquillaje. Vivimos una desigualdad territorial”, ha lamentado. “Hay una deuda histórica para con Ávila y no podemos olvidarla, nuestra provincia no puede estar relegada más tiempo, no se nos puede dejar olvidados”, ha afirmado, para añadir: “y esto no es meterse en política: es contar una realidad social”.
En este sentido ha citado a la diócesis como una de las entidades que mantienen más puestos de trabajo: “no me gustaría que las instituciones de la Iglesia fuesen de las primeros en la creación de empleo porque es tarea de la sociedad civil”.
“La Iglesia está y estará en ello, pero si la Iglesia está en ese primer ranking de ayuda a los más necesitados es que algo no funciona en la sociedad civil”, ha añadido. “A mí me gustaría y nos gustaría”, ha añadido, “que fueran las Administraciones, que fuera la iniciativa privada con la ayuda de las Administraciones debida en esa deuda histórica, quienes salieran al paso de esta ciudad y de esta provincia, que no puede estar ya relegada más tiempo”.
Unidad política
Gil Tamayo ha llamado a que instituciones y políticos vayan de la mano y superen “cuestiones ideológicas que nos enfrentan”. “Estamos obligados necesariamente a la unidad y a la cuestión social, a la cuestión política, a la predisposición imprescindible para trabajar juntos, atentos a las necesidades de nuestros ciudadanos y hermanos y, cada uno personal o desde su función con otros, necesariamente con otros, ha de dar respuesta para buscar el bien común de todos”.
“No podemos permitirnos rencillas de corral que, por muy legítimas que sean no tienen sentido ante la emergencia que estamos sufriendo”, ha aseverado el obispo en la única celebración con motivo de San Segundo, que además ha tenido lugar el día de 3, en vez del 2, al coincidir el segundo día de mayo con el quinto Domingo de Pascua.
En este punto, Gil Tamayo ha pedido seguir el consejo que le dio el papa Francisco en su visita de diciembre cuando hablaron del envejecimiento y la despoblación de Ávila: “diálogo, diálogo y diálogo, diálogo hasta la extenuación”, ha recordado que le dijo el pontífice.
UCI
Por otra parte, el obispo ha recordado a quienes padecen la Covid: “no quisiera olvidarme hoy con un recuerdo especial de oración para los ocho enfermos que están en la UCI” del Complejo Asistencial de Ávila.
“No quisiera olvidarme de los miles de enfermos abulenses afectados por esta pandemia a lo largo de más de un año que llevamos sufriéndola, todo nuestro recuerdo y oración porque quienes nos han dejado y sus familias”, ha dicho quien estuvo más de un mes hospitalizado por coronavirus al comienzo de la pandemia.
También ha expresado “un reconocimiento agradecido hecho oración por lo que nos han cuidado y nos cuidan, desde el personal sanitario a todos los servidores públicos.
La celebración religiosa, con un tercio del aforo en la Catedral y con los representantes de las instituciones, entre ellos el alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera tras pasar la cuarenta, ha estado presidida por la imagen de San Segundo, que habitualmente es trasladada en comitiva desde su ermita al templo catedralicio y que regresa en procesión, lo que no ha sucedido este año.
Identidad cristiana
El obispo, por otro lado, ha llamado a la santidad en la sociedad actual, a imagen de San Segundo: “un santo no es un adorno para una ciudad, no es para mirar con orgullo al pasado, para ver con orgullo lo que nos conforma como abulenses, es para mirar el presente y futuro con las fuerzas e inspiración que nacen de la fuerza de la fe cristiana”.
Gil Tamayo también ha pedido “vivir sin complejos la identidad cristiana en esta sociedad del siglo XXI, pues el cristianismo “no tiene fecha de caducidad, pero tampoco puede ser únicamente costumbrista sin referencias a un compromiso transformador de la sociedad”.
También ha hecho referencia al mensaje que envió el papa Francisco al reciente congreso sobre Santa Teresa: “nos lo ha dicho el papa (…), estamos en un cambio de época (…). Seamos cristianos auténticos, sin complejos, sin escondernos, servidores de los demás, no guardemos el cristianismo en la vida privada o en las costumbres, seamos explícitamente cristianos. Y esto no es cuestión de banderas sino de la fuerza transformadora".
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