El cambio de la celebración litúrgica obedece al hecho de que este año el 2 de mayo "coincide con el V Domingo de Pascua" que, junto a los domingos de Adviento y Cuaresma, tienen "precedencia sobre todas las fiestas y solemnidades", según el Obispado, de ahí que cuando una fiesta coincide con alguno de estos domingos, "ha de trasladarse al lunes siguiente según lo establecido por la Santa Sede".

Este año la festividad viene "condicionada" por la situación sanitaria y las limitaciones derivadas de esa circunstancia, después de que el año pasado si siquiera pudiera celebrarse.

La Catedral acogerá una misa presidida por el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, que podrá ser presenciada en el propio templo por un número limitado de fieles que se ciñe a un tercio de su aforo total. Además, podrá ser seguida, a través de La 8 de Ávila (11 horas).

Al igual que sucedió con la festividad de Santa Teresa, tampoco podrá haber procesión, para evitar cualquier aglomeración que derive en contagios.

Además del aspecto litúrgico, el Ayuntamiento de Ávila ya aprobó en su día el traslado de la fiesta del patrón al lunes, 3 de mayo, pero no hay previsto un programa festivo, tan sólo conciertos de Mayalde el sábado, y el domingo de Cigarra.