Del Viernes, 26 de Septiembre de 2025 al Miércoles, 15 de Octubre de 2025
El Museo de Ávila y su Asociación de Amigos recuerdan a los hermanos Bécquer, el pintor Valeriano y el poeta Gustavo Adolfo, en el 150 aniversario de su muerte.
La singular muestra hace un recorrido vital de la actividad artística y literaria de ambos hermanos tomando como referencia la ciudad de Ávila, el lugar que fue su fuente de su inspiración cuando aquí vivieron durante el curso de 1867-1868. A su memoria ya les dedicamos un especial recuerdo, que es todo un reencuentro con la pintura y la literatura del tardo romanticismo del siglo XIX que ahora se materializa de una forma más didáctica e ilustrativa.
Con tal motivo, la galería del patio de la Casa de los Deanes se ha dispuesto con una selección de paneles que cuentan la estancia de los Bécquer en Ávila, la cual se completa con la proyección de setenta diapositivas que conforman su actividad creativa tomando como la ciudad como su “locus standi” -lugar dese el que asomarse al mundo y hacer su interpretación-, igual que hacía Santayana.
El recorrido contemplativo propuesto se introduce en un primer panel que nos sirve de presentación:
"Ávila 2020 es también Ávila Bécquer en el año en el que se cumple el ciento cincuenta aniversario de la muerte de los hermanos Valeriano (1834-1870) y Gustavo Adolfo (1836-1870). Con ellos, imagen y poesía se dan cita en Ávila en tiempos del posromanticismo o romanticismo tardío literario y artístico de la segunda mitad del siglo XIX.
En Ávila convivieron los Bécquer en el invierno de 1867-1868, y aquí trenzaron enigmáticos intercambios entre pintura y prosa poética con muestras de plasticidad costumbrista, tipismo escenográfico, narrativa popular y teatrillo de marionetas.
La literatura y el arte pictórico, recogidos de manifestaciones populares, se transforman en obras atrayentes tanto para la memoria colectiva del pueblo como para la burguesía y la crítica literaria.
Valeriano y Gustavo A. Bécquer comienzan a recorrer varias provincias españolas, incluida Ávila, sin otro propósito que el de estudiar gráficamente las costumbres y los tipos más característicos de cada una de ellas, y de formar un magnífico álbum dibujado por el primero, al que debía acompañar artículos y poesías del segundo.
Los dos Bécquer, Valeriano y Gustavo, el artista y el poeta, se completaban mutuamente en sus creaciones artísticas: éste solía elegir el asunto y disponer la composición de los cuadros; aquél ejecutaba con su lápiz vigoroso, de verdad sorprendente, y con su pincel de inimitable fineza".
Vista panorámica
La siguiente parada no es otra que una espléndida vista panorámica de Ávila desde la zona de los Cuatro Postes que pintó en 1866 Antonio Bernardino Sánchez, quien dirigía la escuela municipal de dibujo y ejercía de médico y fotógrafo. El cuadro es propiedad del Ayuntamiento de Ávila que lo ha cedido para la ocasión.
El mapa de la ciudad y la provincia que hizo en 1864 el cartógrafo Francisco Coello nos sitúa topográficamente en la época becqueriana. Este atlas ya recoge el nuevo trazado de la línea del ferrocarril recientemente inaugurada que tiene parada en Ávila, y es que Gustavo Adolfo Bécquer fue el excepcional cronista de tal evento dejándonos reveladoras impresiones de la ciudad.
Y precisamente a propósito del ferrocarril, también se exhibe la edición facsímil del primer periódico abulense 'El Porvenir Avilés' que fundó y dirigió Antonio Zahonero, ahora reeditado por Jesús Arribas y MaydaAnias. El periódico fue uno de los más destacados impulsores de la opción abulense que apostaba por este trazado ferroviario frente a la vecina Segovia, empeñándose en ello lo largo de 1852-1853.
Otro peculiar testimonio de la época es una guitarra construida por Mateo Benedid en 1851 en Cádiz, según los modelos de las guitarras románticas de la época legada por el Marqués de Benavites. El instrumento expuesto es un buen ejemplo del divertimento que compartía
Gustavo Adolfo durante su estancia en Ávila, durante la cual entretenía a sus sobrinos no obrillas de teatro y también puede vérsele tocando en una taberna, escena ésta que dibujó Valeriano.
Esta vitrina decimonónica incluye también un frasco con escudo. La pieza cerámica de Talavera procede del convento de santo Tomás (MAV B/68/1/1485) y fue donada por Manuel Sánchez Ramos, hijo de Bernardino, médico y pintor igual que su padre. Y es que Sánchez Ramos se interesó tanto por la obra de Valeriano Bécquer que participó en la exposición del III Centenario de santa Teresa de 1882 con un dibujo a pluma copia de una escena costumbrista que había hecho Valeriano.
Obras en Ávila
Se completa la exposición del Museo con paneles de las pinturas y dibujos que hizo durante su estancia en Ávila y que forman parte del llamado “Prado disperso”.Éstos son: “Romería de Sonsoles” o “ La Fuente de la ermita”, cuyos personajes de las tres edades (adultos, jóvenes y niños) lucen trajes típicos de fiesta, coloristas y atractivos, que beben agua en la fuente situada frente al santuario; “El escuadro”, que representa al aldeano que marcha al frente de la procesión de la virgen , a modo de escuadra, como abanderado, con una banda que le cruza el pecho y que ahora está descansando en la taberna existente en el recinto de la ermita; y “La huevera”, o vendedora de huevos que luce sombrero de paño con una cinta azul, manteos y medias oscuras con zapatos bordados en rojo; todos ellos inspirados en los romeros de la Virgen de Sonsoles, abulenses y aldeanos del Valle Amblés que se dan cita el mes de octubre.
Igualmente, se muestra una selección de los dibujos de Valeriano conocidos gracias a su reproducción en diversas revistas ilustradas como “El Museo Universal”, “La Ilustración de Madrid”, y “La Ilustración Española y Americana”, entre otras. En ellas se divulgaron a partir de 1871, aún de forma repetida, “La novicia” y “El locutorio” del convento de Las Gordillas; “Los quintos de Ávila”, “Pórtico de la basílica de San Vicente”, “La romería de Sonsoles”, “La bendición de la comida”, “Labradoras del Valle Amblés”, “A la feria de Ávila”, “El tamborilero de aldea” y “Baile en una taberna”.
Sobre la riqueza plástica de estos dibujos y la importancia de los motivos populares que tratan, Gustavo Adolfo Bécquer hizo una apuesta decidida en las revistas que dirigió, lo que manifestó de forma reiterada defendiendo su autenticidad artística frente a la fotografía que empezaba entonces a despuntar. Así mismo, la prosa poética de Gustavo adornaba los dibujos de Valeriano, y en esta línea, escribe sobre el grabado dedicado a la fiesta de los quintos de Ávila:
"Bien sea por hacer alarde y gala de una conformidad que no siempre es verdadera, bien sea debido a nuestro carácter especial, el quinto ha de mostrarse no solo resignado, sino alegre, y de ahí el espectáculo singular que después de cada sorteo se ve en las calles de las poblaciones de España” (“El Museo Universal”, 17/11/1867).
Finalmente, para cerrar el ciclo que gira en torno al romanticismo decimonónico de los Bécquer, un concierto del grupo vocal “Hispana Lyrica” en el almacén visitable de Santo Tomé que tendrá lugar en la tarde del sábado es el mejor broche. Máxime cuando sabemos que el cuarteto Hispana Lyrica es especialista en investigación de música histórica y actuará con instrumentos originales de la época (el pianoforte construido por Juan Hosseschrueders y Sobrinos, en Madrid en la década de 1820) y la reproducción de una guitarra romántica, construida por Ginés Gea, según modelo Petit Jean L’Ainé en el año 1830. No en vano el concierto lleva por título “Música del romanticismo español”.
En cuanto a la exposición dedicada a los Bécquer en Ávila, la misma estará abierta entre el 18 de diciembre de 2020 y el 17 de enero de 2021, en la Casa de los deanes del Museo de Ávila.
Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.50