En un momento complicado, “en el que la Catedral debería estar más llena, y las restricciones nos obligan a vivirlo desde la distancia”, ha dicho el obispo, tras el retraso en la ordenación prevista hace unos meses. Y que llega en un “momento de cruz”, ha dicho Gil Tamayo en referencia a la muerte de la abuela del nuevo presbítero hace tres días, lo que ha impedido que ni su padre ni su familia paterna haya asistido a la celebración.

“El sacerdocio debe ser una vida hecha de coraje y dedicación. Servir, y no ser servido”, le ha apuntado el obispo, al que le ha agradecido su entrega y le ha animado “a seguir a Cristo”, son palabras que ha hecho extensivas a todos los sacerdotes “por vuestra cercanía al pueblo de Dios”. “La Iglesia os necesita más que nunca en estos momentos”, les ha dicho.

El obispo ha puesto bajo el amparo de la Virgen María la vocación del ordenado, y ha pedido a los files rezar por él, “por todos los sacerdotes, por este pobre obispo, rezad también para que haya jóvenes que diciendo sí a Cristo se entreguen al anuncio del evangelio en su ministerio”.

A la celebración, con las indicaciones sanitarias y transmitida por Youtube, han asistido jóvenes y  fieles de las parroquias donde el protagonista de la ceremonia ha realizado sus tareas pastorales en los últimos años. 

“En un momento tan difícil, la obra de Dios sigue adelante. A pesar de la oscuridad que nos trae la pandemia, Cristo sigue llamando a seguirle más de cerca, a dar la vida por él. Es éste el momento propicio, éste y no otro, para decir sí al señor”, ha dicho el presbítero al final de la ordenación. De 31 años y natural de Las Navas del Marqués, fue ordenado diácono a finales de 2019.