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Exposición 'Avileños. El trato de los animales de labor'.En esta ocasión, se han seguido las directrices del Consejo Internacional de Museos (ICOM) que fijó para 2019 el siguiente lema: “Los museos como ejes culturales: El futuro de la tradición”.
Y en este contexto, la Asociación de Amigos ha querido contribuir al papel del Museo de Ávila como eje cultural y forma de “honrar sus colecciones, sus historias y sus legados, creando tradiciones que tendrán nuevos significados para las generaciones futuras y relevancia para un público global cada vez más diverso”.
Así pues, a la vez que el Museo de Ávila acomete sus misiones principales (recolección, conservación, comunicación, investigación, exposición), también se hacen necesarias prácticas que permitan en acercamiento a la comunidad abulense a la que sirve, siendo esta faceta el marco en el que se proyectan las actividades programadas.
Siguiendo entonces al ICOM diremos que es necesario buscar formas innovadoras de abordar problemas sociales y conflictos contemporáneos, y al actuar a nivel local, la Asociación de Amigos y el Museo con el que colabora, también defendemos y mitigamos problemas de alcance global, esforzándonos con ello por enfrentar los desafíos de la sociedad actual de manera proactiva.
En consecuencia, como entidades situadas en el corazón de la sociedad, tenemos el poder de establecer un diálogo entre culturas, de construir puentes para un mundo pacífico y de definir un futuro sostenible.
A medida que, tanto la Asociación como el Museo de Ávila, han crecido cada vez más en papeles de ejes culturales, la exposición que nos ocupa quiere servir también como una forma de honrar los fondos y legados museísticos y sus historias, creando tradiciones que tendrán nuevos significados para las generaciones futuras y relevancia para un público global cada vez más diverso.
![[Img #104551]](https://avilared.com/upload/images/12_2019/1734_expo_avilenos5.jpg)
Los objetivos del proyecto responden entonces, a la necesidad de concienciar sobre el hecho de que los museos son un importante medio para el intercambio cultural y el enriquecimiento de las culturas, sin olvidar que valen también para el desarrollo de la comprensión mutua, la cooperación y la paz entre pueblos.
Una de las colecciones más representativas del Museo de Ávila es la relacionada con la cultura popular de la provincia. Si bien en origen su grueso lo formaba la antigua colección reunida por el Marqués de Benavites y de san Juan de Piedras Albas, poco a poco el museo ha ido aumentando sus fondos de estas características, gracias fundamentalmente a donaciones de particulares.
Esta exposición aporta entonces datos gráficos y documentales que enriquecen la colección y permiten el mejor conocimiento de una parte de ella, la relacionada con el papel de los animales de la vida tradicional.
Así mismo, el Museo de Ávila expone de forma permanente una interesante colección fotográfica datada en 1932, que forma parte de la obra de Albert Klemm (La Cultura popular de la provincia de Ávila, 1962), la cual documenta de forma excepcional la estrecha relación existente entre las gentes del campo y los animales de los que se sirven en las distintas faenas agrícolas.
Por otro lado, una visión más actual de aquellos antiguos quehaceres de los hombres del campo realizados con el auxilio de los animales de laboreo, es la que se recoge en los retratos de principios de este siglo que hemos realizado, los cuales se exponen como testimonio vivo de singulares aspectos de la cultura popular y como homenaje a los hombres y mujeres, nuestros padres y abuelos, que son sus protagonistas.
El conjunto de la selección fotográfica objeto de exhibición, la cual forma parte del catálogo publicado por el autor en 2007 y del que toma su título, podemos resumirlo diciendo que la historia y la cultura con la que se identifican nuestra tierra están íntimamente vinculadas a sus formas de vida, siendo la agricultura y la ganadería las actividades que han impregnado las señas de identidad de sus gentes.
![[Img #104552]](https://avilared.com/upload/images/12_2019/4987_expo_avilenos4.jpg)
La realización de las antiguas faenas agrícolas de la misma forma que se hacían hace cientos de años constituye un testimonio vivo que todavía hoy puede contemplarse en algunas zonas de la provincia abulense.
Yeguas, caballos, mulas, burros, vacas y bueyes son los animales de los se sirvió históricamente el campesino para explotar los campos y los bosques, y con ellos honró a los santos patrones y compuso actuaciones festivas y de divertimento.
De ello son también fiel testimonio los numerosos aperos de labranza que se conservan en las casas, corrales, pajares y paneras de los pueblos abulenses, así como en el Museo de Ávila.
La visión mágica que nos proporciona la imagen del hombre del año dos mil trabajando el campo con la ayuda de vacas negras nos hace recordar, como dice Ramón Grande del Brío («Los animales en el medio rural», 1989), que la conquista de la tierra por obra del hombre no se habría producido de no haber contado éste con la inestimable colaboración de los animales domésticos. Hasta la invención de las máquinas, el transporte y el laboreo de los campos se realizaron mediante el concurso del animal domesticado.
Entre el hombre y el animal se forma entonces un todo, en orden a extraer de la tierra el mayor rendimiento, donde se utilizan los servicios del ganado en paridad con los de los miembros de la propia familia del labrador.
El trato de los animales modela un determinado tipo de mentalidad, implica la creación de una especial clase de arquitectura y servicios, y da lugar al desarrollo de una serie de actividades artesanas. Así, el labrador llama a las vacas por su nombre («Jardinera», «Morita», «Gacha», «Dora», «Morucha», etc.), les felicita cuando trabajan bien y les regaña cuando no le obedecen.
Las cuadras estaban preparadas para servir de lugar de cobijo y de comedero, los potros de herrar se disponían con grandes piedras junto a la fragua donde se templaba el hierro de las herraduras, y los carreteros y albarderos fabricaban los carros, aperos y aparejos que después eran utilizados en las faenas agrícolas.
![[Img #104553]](https://avilared.com/upload/images/12_2019/8965_expo_avilenos6.jpg)
Los pequeños agricultores y ganaderos que mantienen hoy día burros, mulas o yuntas de vacas lo hacen por puro romanticismo, sin un especial interés material o económico, y ello porque no han llegado a integrarse en el proceso de mecanización del campo por la pequeñez del terreno que cultivan.
Y esto sucede en los pueblos serranos donde apenas hay grandes explotaciones agrícolas, contrariamente a lo que ocurre en La Moraña. Así, nuestros personajes yunteros retratados no se plantearon la disyuntiva de elegir entre mulas, burros o vacas, y finalmente entre éstas y el tractor.
Al viajero, y nosotros lo somos en este caso como espectadores, que recorre y reconoce las bellezas de nuestros pueblos, algunos en progresivo abandono por la falta de presencia humana, todavía le asaltan imágenes de aquellas formas de vida ya olvidadas que son parte de una identidad cultural que se resiste al cambio de los tiempos.
Prueba de este arraigamiento a la tierra se ofrece en la contemplación de esas vacas negras que tiran de un carro o un arado guiadas por un hombre ajeno al devenir cotidiano de la modernidad.
Burros, mulas, caballos vacas y toros de labor crearon una peculiar relación con el hombre en la permanente conquista de la tierra. Hombres y mujeres, ancianos y zagales aparecen en perfecta comunión con el medio en simbiosis con la cultura rural.
Hasta no hace mucho todavía podían verse yuntas en diversos lugares de la provincia, concretamente en Gallegos de San Vicente, Amavida, Villatoro, La Lastra, Navarredondilla, Hoyorredondo, Villanueva del Campillo y San Martín de la Vega del Alberche, también en Navalacruz, Navalosa, Barajas y Navarredonda de Gredos.
Las parejas de mulas, prácticamente han desaparecido de los campos, con excepción de las mantenidas para pequeñas faenas en Cebreros, El Tiemblo y El Barraco, también en Casas del Puerto y Sotillo de la Adrada, y de las utilizadas para el acarreo de troncos en los pueblos de Tierra de Pinares y del Valle del Tiétar, y más concretamente en Mijares y El Arenal, por ello vale la pena recobrar las imágenes que aún pueden apreciarse de aquellas formas de vida tan antiguas como nuestra civilización.
Igualmente, el burro casi ha desaparecido de los campos cerealistas morañegos, todavía seguían faenando en Brieva, en Riofrío y en Solosancho, por ejemplo, mientras que en otros lugares son eran fieles compañeros del pastor de ovejas como en Pajares de Adaja y en Mingorría, y de los vaqueros como en Salobral y San Martín de la Vega del Alberche.
![[Img #104555]](https://avilared.com/upload/images/12_2019/5992_expo_avilenos8.jpg)
Con todo, contemplamos el trasiego ganadero en trashumancia desde las tierras altas de la serranía de Gredos hasta las cálidas extremeñas.
Y comprobamos el empleo de yuntas de vacas en el desarrollo de las tareas agrícolas, que hoy siguen empleando algunos labradores de la provincia de Ávila, lo que constituye una actividad tan identificatoria de lo que fue el medio rural no hace muchos años, que no hemos podido por menos que ofrecer su vivo testimonio gráfico en reconocimiento al trabajo con el que agricultores y ganaderos siempre han contribuido a la formación de la historia de los pueblos.
Esta visión casi irreal, y un tanto cinematográfica, ha sido hasta hace unos años un hecho habitual en algunas localidades abulenses, al igual que lo era en los años cincuenta en los campos de toda España, lo que pudimos comprobar en Amavida siguiendo los pasos de Benigno Jiménez, en Gallegos de San Vicente (anejo de Tolbaños) acompañando a Damián Arroyo, en San Martín de la Vega del Alberche arando con Maxi y Quico Rollán y Honorio Hernández, y Gelo y Luis Hernández en Villatoro.
Igual que estuvimos arando con una pareja de burros con Luis Pardo en Brieva y con Julián Galán en Riofrío, o recogiendo heno con Juan Arroyo en San Juan de la Nava.
Lo mismo que trabajan con mulas o caballerías Gregorio Domínguez en Mijares, el abuelo Paco en Cebreros, Marcos Arias en El Barraco, Francisco Herrero en Casas del Puerto,
También debemos resaltar las celebraciones festivas y exhibiciones agropecuarias en las que se representan las antiguas faenas agrícolas de siega y trilla, tal y como hemos visto en varios pueblos abulenses (Padiernos, San Martín de la Vega, Mingorría, Muñogalindo, La Hija de Dios, Navalosa, San Juan del Olmo, El Hornillo, Navarredonda, etc.), además de otras muchas localidades del resto de España. En ello, tiene un papel relevante la Real Cabaña de Carreteros de Gredos que preside Juan Manuel Yuste.
Las romerías son el escenario de lucimiento de los inseparables animales de labor, pues de su íntima relación con los hombres les hace cómplices también en el recreo festivo, tal y como retratamos en las celebraciones de San Antón (en Ávila, Gotarrendura y Orbita, por ejemplo), las Luminarias (San Bartolomé de Pinares), el Vítor (San Esteban del Valle y Mombeltrán) y el Cristo de la Luz (Lanzahita).
![[Img #104554]](https://avilared.com/upload/images/12_2019/9169_expo_avilenos7.jpg)
Del disfrute de hombres y animales en actividades no productivas de ocio y diversión, donde se mezclan habilidades y fuerza con lucimiento, son buena muestra las imágenes que representan la celebración de carreras de cintas que vimos en San Bartolomé de Pinares, Gotarrendura y Monsalupe, por ejemplo; los concursos de arada de San Martín de la Vega del Alberche y La Horcajada; las competiciones de arrastres de piedra que tienen lugar en los pueblos cántabros, los cuales nos recuerdan a antiguos trabajos de las canteras de Cardeñosa y Mingorría; la participación en espectáculos taurinos con exhibición de fuerza de caballos y mulas en el arrastre de los toros; y la exhibición de caballos en encierros campestres en Arévalo y Madrigal de las Altas Torres.
Finalmente, con la realización de la actividad expositiva en marcha se persigue promocionar y divulgar los valores culturales de la actividad humana a través de la imagen actualizada de la misma, y al mismo tiempo testimoniar al día de hoy los viejos usos y costumbres derivados del trabajo del campo.
Con todo, se espera contribuir a la difusión y conocimiento de los fondos museísticos del Museo representativos de la cultura popular.
![[Img #104556]](https://avilared.com/upload/images/12_2019/82_expo_avilenos9.jpg)
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