Del Miércoles, 24 de Septiembre de 2025 al Sábado, 27 de Septiembre de 2025
Un joven de 25 años, Rafael Sánchez Andreu, ha sido ordenado sacerdote en la Catedral de Ávila, en la primera ordenación sin restricciones de aforo en el primer templo de la capital abulense, y que es fruto de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebrada hace una década en Madrid.
“A raíz de la JMJ se formó un grupo de jóvenes, en el que yo participaba, y en el que intentábamos vivir más intensamente nuestra fe”, ha confesado el nuevo cura. “También comencé a asistir a las reuniones del ‘Seminario en familia’, primer contacto con el Seminario para los adolescentes, y allí me ayudaban a discernir esa llamada del Señor que yo había comenzado a tener”, ha explicado.
Nacido en Zaragoza, llegó a Ávila cuando era pequeño por el trabajo de sus padres. Tras siete años de estudio en el Seminario, su ordenación sacerdotal supone “un paso hacia adelante para servir a la Iglesia diocesana de Ávila”.
La ceremonia ha estado presidida por el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo, quien ha destacado la labor de los sacerdotes de Ávila, entre los que muchos, “con una edad avanzada”, mantienen “su entrega apostólica en las comunidades de la diócesis”.
Ante decenas de ellos, ha llamado al nuevo sacerdote a “evangelizar el reino de Dios”. “Querido Rafa, vas a ser pastor”, le ha dicho, para definir su papel como “guía humilde y sencillo como Jesucristo”. Y le ha pedido vivir “con esa caridad pastoral que no envejece nunca el corazón”, además de encomendarle a la Virgen del Pilar, patrona de su tierra natal.
Vocación
Por otra parte, Sánchez Andreu apunta a quienes han marcado su vocación, como las hermanas Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia, “y el cura que llevaba ese grupo de jóvenes, que era Jorge Zazo”. “En general han sido muchas las personas que me han acompañado en estos años, que me han ayudado a fortalecer mi fe y me han hecho descubrir la llamada del Señor: amigos, familia, y mucha gente que he conocido a lo largo de los años en el Seminario. Allí se fragua esta llamada viendo justamente lo que el Señor quiere de mí”, ha explicado.
El joven presbítero no hace planes: “he aprendido siempre a dejarse sorprender, porque uno puede tener las cosas muy claras y de repente se le mueven y tiene que adaptarse a la nueva realidad”.
La celebración ha tenido lugar sin restricciones en el aforo del templo, después de que su ordenación como diácono fuera el 20 de noviembre de 2020, en una celebración que contó con limitación de aforo y a la que parte de su familia de Zaragoza no pudo asistir y siguió la ceremonia por Youtube.
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