Con un aforo del 50% como medida ante la Covid-19, la ceremonia ha sido presidida por el obispo, José María Gil Tamayo, y transmitida en directo por el canal de Youtube de la diócesis.

El nuevo diácono es natural de Zaragoza, pero por el trabajo de sus padres vive desde pequeño en Ávila. Tras estudiar siete años en el Seminario, ha dicho sentirse “muy ilusionado” por su ordenación, porque supone “un paso hacia adelante para servir a la Iglesia diocesana de Ávila”.

Sánchez Andreu ha explicado que su vocación surgió “en un momento muy especial” como la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid 2011. “A raíz de ella se formó un grupo de jóvenes en el que intentábamos vivir más intensamente nuestra fe”, además de asistir a las reuniones del 'Seminario en familia' como primer contacto con el Seminario para los adolescente: “allí me ayudaban  a discernir esa llamada del Señor que yo había comenzado a tener”.

El joven diácono dice que “muchas son las personas” que han marcado su vida vocacional, como las hermanas Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia, “y el cura que llevaba ese grupo de jóvenes”, Jorge Zazo.

“Pero en general han sido muchas las personas que me han acompañado en estos años, que me han ayudado a fortalecer mi fe y me han hecho descubrir la llamada del Señor: amigos, familia, y mucha gente que he conocido a lo largo de los años en el Seminario. Allí se fragua esta llamada viendo justamente lo que el Señor quiere de mí”, ha agradecido.

Según ha señalado, “la esencia del diaconado reside tanto en el servicio como en la predicación”, por eso espera “dar la talla en en estos dos aspectos tan importantes, que abarcan buena parte de la realidad: la palabra de Dios, y el servicio y la caridad especialmente a los más necesitados”.