Un día antes de Judiávila, el cocinero Raúl Rodríguez prepara en su cocina los productos y elementos para elaborar las judías en la plaza del Mercado Chico. Cocinar 3.000 raciones, “van a salir más para que nadie se quede con ganas”, no es problema,  “es sencillo, se aplica una regla de tres”, ha explicado el cocinero, que elaborará cuatro platos con cuatro variedades de las siete que tienen las judías barcenses.

40 kilos de judiones empleará para el guiso tradicional: se ponen al fuego para que “cuando hiervan cambiar el agua y desespumar, y cuando recupere el hervor echar la oreja, que necesita tiempo de cocción, para luego añadir el chorizo y las verduras, y luego, al final echar sal, pimentón y cayena”. En total dos horas y cuarto. Quien lo desee podrá ver el proceso desde primera hora de la mañana del sábado (9 horas), para luego degustar gratuitamente las legumbres (13 horas).

La variedad arrocina, con 25 kilos, la elaborará en crema, “el puré que ahora se llama deconstrucción”, con chips de bacon y cebolla frita, que lleva también como ingredientes patata, puerro y caldo de pollo.
Mientras, la judía morada redonda (10 kilos) la preparará con verduras y arroz; y la judía de riñón (25 kilos) en ensalada con pollo escabechado y setas, “un plato sin carne para un nuevo tipo de comensal”, que ha cocido el viernes para que “esté fresca”,

A la espera de un “buen día, sin lluvia”, Rodríguez se muestra satisfecho por capitanear por segunda ocasión Judiávila “respaldado por un producto como las judías de la indicación geográfica protegida de El Barco de Ávila”.

El año pasado, “en un día bastante malo gastamos todo”, por lo que también espera que ocurra esto en la segunda edición de Judiávila.