Del Viernes, 10 de Octubre de 2025 al Lunes, 20 de Octubre de 2025
Los celos y el honor fueron el motivo del apuñalamiento de un joven a otro. El agresor huyó de España durante un año y luego fue detenido en una operación antidroga en Arévalo.
El juicio por el delito de tentativa de homicidio ocurrido junto a la carretera CL-505, cerca de La Cañada, ha quedado visto para sentencia tras varias horas en que la sala de de vistas de la Audiencia Provincial ha escuchado los testimonios de los protagonistas y los testigos del hecho. Todos ellos de origen marroquí y vecinos de Las Navas.
El joven acusado, que se encuentra en prisión desde hace un año, se ha declarado inocente de la agresión al comienzo del juicio y ha negado haberle clavado un arma blanca, aunque al final de la vista ha reconocido su culpabilidad al pedir “perdón” por el delito. De hecho, su abogado, que al inicio pedía la libre absolución, al término ha solicitado un año de cárcel.
La agresión ocurrió cuando el 29 de febrero de 2016 cuando H. viajaba como copiloto de regreso a Las Navas tras acudir a Ávila con un amigo para ver la nota de un examen. Durante el trayecto les adelantó otro vehículo en el que iba el acusado y su prima, que a su vez era su novia, S.
Les instaron a parar, y el conductor del primer vehículo pensó que el acusado le iba a abonar los 25 euros de una recarga telefónica que le debía su hermano. Sin embargo, J.T. se fue hacia a H. y le clavó un arma blanca, por lo que su amigo le trasladó de urgencia a la capital abulense. Nadie vio el arma, según los testimonios. La joven, entonces de 19 años, ni vio la agresión ni lloró, según ha asegurado, en contra del agredido y de su amigo.
Fuera de España
El inculpado ha negado el delito a pesar de que el agredido le agarró del cuello e insultó a su madre. Cuando al día siguiente se enteró de que la Guardia Civil le buscaba se fue del país porque “tenía mucho miedo”. Un año después, en una operación antidroga en Arévalo, fue detenido por las huellas dactilares ya que él no se identificó.
Por su parte, el agredido ha contado que cuando le mandó parar el coche le pidió que se bajase para hablar con él. “Me sujetó el cuello y me apuñaló” con un arma que llevaba escondido. “Si lo llego a saber no bajo”, ha recordado, a la vez que ha dicho que ella se puso a llorar. Más tarde, en el hospital, la familia del agresor acudió para ofrecerle “ayuda”.
La joven ha contado que con el agredido tenía una relación de amigos, pero que el agresor no lo sabía. Dos días antes del hecho, ella le advirtió de que J.T. le dijo: “te va a hacer pedazos”, ya que afirmó que “o era de él o no era de nadie”. Ha confesado que tuvo miedo de que le pasase algo.
De todos modos, ella ha dicho que ni siquiera llegó a ver la agresión a pesar que el herido sufrió una agresión en el tórax a la altura del pulmón, lo que le produjo un colapso pulmonar o neumotórax.
Según el testimonio de un agente de la Guardia Civil, el apuñalamiento fue con una navaja o un cuchillo en una agresión “muy grave”. También ha recordado que cuando le buscaron se enteraron de que se había marchado de España. Un forense ha asegurado que el apuñalamiento puso en riesgo la vida del joven.
Lesiones o asesinato
El fiscal ha mantenido su petición de pena de cuatro años por un delito de lesiones concurriendo utilización de instrumento peligroso, y 5.525 euros por el tiempo que tardó en sanar de las heridas y las secuelas. Sin embargo, la acusación particular considera el hecho como un delito de asesinato en grado de tentativa, por lo que pide nueve años de prisión, 7.489 euros de indemnización por la asistencia en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles y 47.823 por daños físicos y síquicos.
De pedir la libre absolución por falta de delito, el abogado de la defensa ha pasado a reconocer las lesiones y solicitar un año de prisión y, si se le condena a más de dos, que sea expulsado a Marruecos para que pueda rehacer su vida. “Hemos cambiado las calificaciones porque hubo una pelea y unas lesiones”, ha explicado el letrado, Luis Rey Aguilar.
La abogada de la acusación, Julia Díaz Muñoz, ha resumido el juicio en “una cuestión de celos y honorabilidad” al tratarsde de "personas que tienen un sentido del honor muy fuerte que no se pueden permitir el lujo de contraer matrimonio con una persona que ha estado con otros hombres”.
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