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La exposición ‘Viajes artísticos por Ávila. Dibujos de Valentín Carderera en el Museo Lázaro Galdiano’, es un viaje que se remonta casi dos siglos atrás y que tiene lugar en 1840, cuando este pintor metido a "protector" del patrimonio histórico en peligro por la desamortización de bienes eclesiásticos recorre la ciudad de cuatro mil habitantes durante poco más de una mes dibujando el paisaje urbano amurallado, sus iglesias, conventos y palacios, así como las gentes que pululan con trajes típicos empequeñecidas ante tanto monumento.
La muestra, abierta hasta el 1 de julio, está formada por una treintena de dibujos y acuarelas reproducidos de los originales que se conservan en el Museo de la Fundación Lázaro Galdiano en Madrid, con quien la Asociación de Amigos del Museo de Ávila ha convenido la organización de la exposición dentro del programa de actividades llevadas a cabo con motivo del Día Internacional de los Museos que se celebra cada 18 de mayo.
Con este motivo, se celebró una interesante conferencia a cargo de Juan Antonio Yeves (Fundación Lázaro Galdiano) y Rocío Calvo Martín (doctora de Hª del Arte), editores del libro "Viajes artísticos por Castilla y León. Dibujos de Valentín Carderera en el Museo Lázaro Galdiano", sobre la figura de Carderera y el fondo documental y artístico conservado en la Fundación Lázaro Galdiano, además del excepcional archivo de la familia de Carderera donde se conservan innumerables cartas y el diario de todos sus viajes.
El acto contó también con la intervención del director del Museo, Javier Jiménez Gadea, quien introdujo la figura de Cardera en la corriente conservacionista del patrimonio, y del presidente de la Asociación de Amigos de Jesús Mª Sanchidrián, quien habló de la importancia para Ávila de su obra y de la puesta en valor de su riqueza patrimonial.
Con todo pudo conocerse un poco más de la historia abulense en una etapa convulsa después de la invasión napoleónica, las guerras carlistas y el proceso desamortizadora donde el patrimonio artístico que atesoraba la ciudad corría serio peligro.
Hay que recordar que en Ávila se encontraban arruinados y vendidos los conventos de San Francisco, San Catalina, San Gerónimo, Sancti Spiritu y el del Carmen calzado, y que el Monasterio de Santo Tomás corría grave peligro ante su inminente subasta. También estaban arruinados el antiguo palacio de Polentinos, así como el desaparecido hospital de Santa Escolástica.
Además de la ruina arquitectónica, la desamortización privó a las congregaciones religiosas y parroquias de las cuantiosas rentas que obtenían de fincas rústicas y otros bienes y derechos que poseían, lo que propiciaba la venta y tráfico ilegal de obras de arte como forma de suplir esas carencias.
Siendo en este contexto en el que cobra una excepcional relevancia la figura de de Valentín Carderera, miembro de la Comisión Central de Monumentos y de las Reales Academias de San Fernando y de la Historia, quien visita Ávila en 1840 con la misión de documentar edificios y obras de arte para procurar su conservación, además de concienciar de la importancia de nuestro patrimonio histórico y también para recoger dichas obras con destino al Museo Central de la Trinidad que se había creado en Madrid en detrimento de las provincias. Y ello no impidió que se generara un "tráfico" de obras de arte donde los agentes intervinientes se vieron involucrados en algunas operaciones especulativas no siempre conocidas, dadas las estrechas relaciones que existían entre académicos, coleccionistas y anticuarios que se aprovechaban de la situación, apuntaba Rocío Calvo.
En este viaje Carderera conoció a José Bachiller, tesorero de la Hacienda Pública, quien fue su guía y cicerone, y a través de él conoció el proceso desamortizador del monasterio de Santo Tomás y su posterior recuperación. Lo mismo que siguió con detalle la restauración de la basílica de San Vicente por el arquitecto Hernández Callejo, pues no en vano casi todo lo relacionado con el patrimonio que se hacía en España lo era con conocimiento de Carderera, añadió Rocío Calvo.
En cualquier caso, la selección de los monumentos dibujados por Carderera que se exponen, de los que todavía habrá algunos por descubrir, indicó Juan Antonio Yeves, forman un conjunto de los más representativo de la riqueza patrimonial abulense donde se incluyen vistas de las murallas, del Mercado Grande, de San Vicente, de la Encarnación, de Santa Ana, de Santo Tomás, y de los palacios de Valderrábanos y de Polentinos.
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