El proyecto servirá para mejorar un barrio, que se ha elegido por la edad media avanzada de sus habitantes; de los edificios, de los años 50 y 60; y el índice de paro.

En estos casos, la mejora de accesibilidad a las viviendas en domicilios con personas mayores, y la mejora de la eficiencia energética, de hasta el 50%, son las obras más demandadas, ha señalado Virginia Alonso, jefa del Servicio de Rehabilitación y Regeneración Urbana de la Junta.

Las inversiones que se llevarán a cabo cuando se reciben ayudas están previstas para los años 2018 y 2021, y tendrán como objetivo tanto mejorar edificios, viviendas y espacios públicos del barrio, que se ha delimitado en seis hectáreas de extensión y 615 domicilios.

Para conocer “las necesidades” se llevará a cabo una “encuesta anónima” entre una “fase de participación previa a la elaboración final del documento”, que se espera aprobar este año, según el teniente de alcalde de Servicios a la Ciudad, Héctor Palencia. También saber opiniones sobre el futuro de los espacios públicos ya se han mantenido reuniones “a pie de calle”.

La zona norte de la ciudad delimitada para el ARU está incluida entre las calles Luis Valero, Virgen Soterraña, David Herrero e Inmaculada, incluyendo también las calles con edificios más antiguos que hay entre Virgen de las Angustias y la calle Valladolid.

La jefa del Servicio de Rehabilitación y Regeneración Urbana de la Junta ha dicho que “no se puede hacer una valoración económica” de la futura inversión, a la vez que ha destacado que será “una oportunidad para los vecinos”.

Cuando el proyecto se inicie se instalará una oficina técnica de asesoramiento, de forma similar a cuando se desarrolló el Área de Rehabilitación Integral (ARI) en una zona del casco histórico de la capital.