Jesús García Burillo llama a "todas aquellas personas que aprecian y valoran la acción religiosa, espiritual, cultural, caritativa y social de la Iglesia"

"Un sencillo gesto que no supone pagar más impuestos ni que nos devuelvan menos, con el que podemos hacer un gran bien", ha señalado en un escrito, en el que recuerda que desde 2007 la Iglesia se financia "única y exclusivamente de lo que sus fieles desearan aportar" a través de colectas dominicales, campañas anuales, suscripciones periódicas y a través de la declaración de la renta.

Sistema correcto
Este sistema, por el que "el estado se reduce a ejecutar la libre voluntad del contribuyente", es "correcto en un estado aconfesional, como el nuestro, puesto que con él no se interfiere en la libertad religiosa de todos: quien quiera, lo marca; quien no, es libre de no hacerlo", añade.

El prelado destaca que señalar la casilla para la Iglesia "es compatible con marcar la casilla de 'fines sociales', ya que si se marcan las dos casillas, el estado dedicará un 0,7% a esos 'fines' y otro 0,7 por ciento a la Iglesia".

"Hoy más que nunca, la Iglesia necesita la colaboración activa y responsable de todos (...) pero es innegable que todas las tareas que emprende en este sentido necesitan de medios personales y materiales", añade, y explica que la Iglesia "se sigue comprometiendo a garantizar y mantener el sostenimiento de las actividades básicas que realiza manteniendo los niveles acostumbrados de eficacia y austeridad".

"Atender el culto divino -explica-, las iniciativas en el campo de la educación, las numerosas tareas del ámbito evangelizador, el cuidado de enfermos y ancianos, el mantenimiento del patrimonio, la ayuda a los más necesitados... todas ellas generan unos gastos que requieren de ciertos recursos económicos".

Gran esfuerzo
García Burillo subraya que desde hace "algunos años", la Iglesia hace "un gran esfuerzo" por las personas que padecen la crisis económica a través de la "gran labor" de Cáritas, que "en ocasiones se encuentra desbordada en nuestras parroquias".

"Con poco dinero, y gracias a la generosidad de millones de personas en todo el mundo, la Iglesia sigue haciendo mucho por tantos que todavía necesitan tanto", señala.

Por último, recuerda que Ávila siempre se ha caracterizado por ser una "diócesis solidaria y generosa", estando por encima de la media nacional en cuanto al número de declaraciones con asignación para la Iglesia.