La reducción de la cuantía y el tiempo de los alumnos en el extranjero no sólo tienen efectos económicos y académicos negativos, sino que "ataca directamente a la construcción europea y a los principios recogidos en los tratados europeos", según la candidata abulense, Isabel Romero.

Proponen un incremento de la cuantía de becas de movilidad y de su número de receptores, tanto las dirigidas a estudiantes como a docentes, y plantean que la Comisión Europea promueva a través de la red Eures incentivos para la movilidad laboral de jóvenes desempleados con una cualificación profesional relevante.

Romero dice que "las universidades deben ser uno de los motores de desarrollo económico, social y cultural de Europa", para lo que hace falta un proceso de Bolonia supervisado y armonizado, en el que "la gestión económica se diferencie de la académica y en el que se inste a los estados miembros a ordenar su propio sistema universitario antes de formar parte del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES)".