Acompañado del exfuncionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, el vicepresidente del Parlamento Europeo elegido en los últimos comicios por el PP, ha dicho que Vox es "el único partido de España que representa a la verdadera derecha democrática".

Vidal-Quadras ha indicado que la actual crisis "necesita nuevos actores políticos que vengan libres de lastres", ante los "viejos partidos convertidos en máquinas oxidadas". Por eso Vox propone "una ambiciosa agenda de cambios, de reformas y de transformaciones".

Estado eficiente
El programa de este partido se resume en un estado "viable y eficiente", órganos constitucionales y reguladores que sean "independientes y que no estén en manos de los partidos", "acabar con la corrupción", partidos "internamente democráticos", y "firmeza frente al separatismo catalán", frente a la "debilidad y pusilanimidad que demuestra el Gobierno".

"ETA debe tener un final que sea su derrota por el estado de derecho, sin ninguna contrapartida, sin ninguna negociación y salvando la dignidad de la nación y de las víctimas", ha aseverado ante un centenar de asistentes.

Según Vidal-Quadras, Vox es "el único partido que defiende todo esto a la vez", ya que "hay otros partidos nuevos, que tienen nuestro respeto e incluso amistad, que comparten ciertos elementos de esta agenda, pero que están en coordinadas distintas sobre el modelo social y económico".

Un escaño

Por su parte, Ortega Lara, que ocupa el último lugar en la candidatura, ha dicho que aspiran a tener en Castilla y León "uno de los graneros de voto", al igual que en Madrid, Comunidad Valenciana y Murcia.

"El primer objetivo es conseguir un escaño en el Parlamento Europeo para Vidal-Quadras", aunque lograr dos o tres sería "excelente" para un partido con tres meses de vida.

En Ávila, el nuevo partido cuenta con 20 afiliados y otros tantos simpatizantes, según la responsable local, Aurora Pimentel, que ocupa el puesto 21 en la lista europea,

Clientelismo
Cuando han salido a la calle para recoger firmas que avalasen la candidatura han encontrado "una respuesta favorable" porque "Ávila necesita, especialmente, un cambio", ya que "se palpa un evidente descontento".

Pimentel se ha referido a que la gente era reacia a firmar por "un miedo a significarse, a que firmasen en la calle, no así en el puerta a puerta y en privado", lo que ha achacado al "clientelismo de esta ciudad y al caciquismo instalado".