Además de todas esas personas, al funeral acudieron numerosos representantes institucionales, políticos retirados y amigos y colaboradores del expresidente del Gobierno, como el periodista deportivo José María García, el padre Ángel -fundador de Mensajeros de la Paz-, o el periodista Fernando Ónega, entre otros muchos.

También se vio a los exministros Rodolfo Martín Villa, José Lladó, Manuel Núñez y Marcelino Oreja Aguirre, mientras que, siguiendo al féretro con los restos de Adolfo Suárez, entró en la seo abulense su familia, con el diestro Juan José Padilla, amigo inseparable de Adolfo Suárez Illana. Dentro del templo, estuvieron otros muchos, como su amigo Fernando Alcón, y su familia, y antiguos compañeros de partido, como Daniel de Fernando.

En la calle, se dieron cita muchos seguidores anónimos de Suárez como líder político, como quienes sujetaban una pancarta del CDS (Centro Democrático y Social), la formación que fundó tras dejar la presidencia del Gobierno.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibió al bajar del coche abucheos y aplausos, y otro expresidente del ejecutivo nacional, José María Aznar, llegó acompañado del diputado por la provincia, Pablo Casado. También estuvieron ministros de su Gobierno, como Ángel Acebes y Jaime Mayor Oreja, además del vicepresidente del Senado, Juan José Lucas.

Rajoy se sentó junto a Aznar y a Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León, quien estuvo acompañado por el delegado del Gobierno en la Comunidad, Ramiro Ruiz Medrano; la presidenta de las Cortes regionales, Josefa García Cirac; y el alcalde de la ciudad, Miguel Ángel García Nieto.

Entre los asistentes, también se pudo ver a la mayoría de los consejeros de la Junta de Castilla y León, así como a miembros de la oposición, como el secretario de Organización y portavoz en las Cortes, Óscar López; el secretario regional, Julio Villarrubia, o el diputado socialista Pedro José Muñoz, alcalde de Cebreros, localidad natal de Suárez, por el CDS durante cinco años.

José María González, coordinador regional de IU, fue otro de los asistentes, además de todos los parlamentarios por la provincia, junto al presidente de la Diputación, Agustín González, y diputados provinciales. Otra cara conocida entre el público asistente fue el expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps.

La ceremonia comenzó poco antes de las dos de la tarde, con casi una de retraso sobre el horario estimado, lo que motivó que la Corporación municipal, el presidente de la Junta e incluso Rajoy -en este caso, durante unos minutos- se refugiasen en la Catedral y echasen mano de la cazadora sin aguantar a cuerpo gentil.

La temperatura que se alcanzó en la ciudad fue de cinco grados, pero con un frío fuerte viento que no se llevó las vallas que jalonaban el recorrido gracias al propio público que se encontraba junto a ellas. Lo que sí se llevó la masiva presencia fue la cobertura en algunos teléfonos móviles.