A la 10 de la mañana terminaron las visitas a la capilla ardiente, que se abrió a las siete de la mañana tras haber cerrado a las 2,30 horas de la madrugada.

Durante las ocho primeras horas -se abrió a las 12 del mediodía- habían pasado 12.000 personas, con una gran cola de más de 2,5 kilómetros que ha provocado esperas de casi cuatro horas. Unas 1.500 personan han pasado cada hora, una media de 25 por minuto, pero por la noche se aligeraron las visitas y fueron hasta 2.000 los visitantes por hora.

La capilla ardiente ha permanecido instalada hasta las 10 horas. Después, un piquete de honor llevará el ataúd hasta el final de las escaleras de la puerta de los leones, donde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presidirá los honores militares y el himno nacional.

El cortejo trasladará el féretro, ampliando el recorrido previsto a plaza de Neptuno hasta la plaza de Cibeles, sobre un armón de artillería seguido a pie por familiares y autoridades con el fin de que pueda ser despedido por todos los ciudadanos.

Una despedida de duelo con toque de oración, descarga de fusilería de la Guardia de Honor y desfile ante el féretro servirá para terminar los actos antes de que sea trasladado en un furgón a Ávila.