En Ávila, señalan, “el ocultismo es tal, que a tres días de la apertura de la temporada de pesca se desconoce totalmente la propuesta de aplicación de la ley”, lo que ha provocado la “enorme indignación” de pescadores, empresarios, sector hostelero y pequeño comercio del Valle del Tormes, que buscan el respaldo de los Ayuntamientos cuyo término municipal es regado por el río Tormes.

Entre otras medidas que aparecen en su manifiesto reivindicativo destacan la necesidad de crear un consejo regional con participación de todas las partes interesadas y con potestad para validar la nueva Ley de Pesca, así como la demanda de reducir la longitud de los cotos y el aumento de los tramos libres sin muerte.

Abogan también por un modelo de gestión consensuado y público, que este establezca las tallas mínimas, de tal forma que el número de pescadores por día no esté regulado, sino que sea acceso libre en cada tramo, con un control exhaustivo de capturas para modificar el plan de gestión y aprovechamiento en función de las características de reproducción, modificaciones poblacionales o extracciones de cada temporada.

Igualmente piden habilitar zonas para el acceso de personas discapacitadas y que desde las administraciones se adopten las medidas oportunas para atajar la proliferación de especies autóctonas que afecten en la normal recuperación de los ríos, como cormoranes y visones, así como atajar los vertidos ilegales, la extracción de áridos y cualquier otra actuación que afecté a las aguas de los ríos.