El volumen, coordinado por José Antonio Calvo, responsable también de la Sección de Historia de la Institución Gran Duque de Alba, supone el último tomo de la Edad Moderna dentro de un proyecto colectivo que acumula ya décadas de investigación continuada.

Durante la presentación, Calvo ha subrayado que este tomo responde a una carencia historiográfica largamente detectada dentro de la colección: “Nos quedaba un aspecto de toda la evolución de Ávila en la Edad Moderna con todo lo que tiene que ver con la cultura, la literatura, los grandes pensadores y, sobre todo, sus textos, de alguna manera la cultura entendida como expresión y como comunicación”.

El octavo tomo no se articula como una obra fragmentada por siglos sino como un análisis transversal del periodo moderno en su conjunto, abarcando desde el siglo XVI al XVIII. El enfoque del volumen se diferencia de entregas anteriores al centrar la atención no en las biografías, sino en la producción intelectual y su recepción historiográfica. 

Obras e historiografía
La obra profundiza en figuras centrales del pensamiento abulense sin repetir análisis ya abordados en tomos anteriores. “En el tomo quinto ya tratamos con mucha amplitud Santa Teresa y San Juan de la Cruz, y lo que hacemos en el tomo octavo es analizar los textos que ellos escribieron”. El objetivo no es recoger la vida y su historia “sino las obras que ellos escribieron y, sobre todo, las obras que se han escrito sobre ellos”.

Uno de los principales valores del tomo es la incorporación de investigaciones inéditas sobre centros culturales hasta ahora poco estudiados, lo que “es novedoso en sentido de que no se ha trabajado aspectos culturales de la Edad Moderna”, como Piedrahíta, en torno a la Casa de Alba, y Arenas de San Pedro con la de Luis de Borbón, “dos focos culturales en el siglo XVIII muy significativos”, configurando pequeñas cortes periféricas en torno a grandes linajes.

El volumen incorpora además un estudio exhaustivo sobre la Inquisición en Ávila en la Edad Moderna, una temática hasta ahora tratada de forma fragmentaria, capítulo que tiene además un valor simbólico añadido al tratarse de un trabajo póstumo, firmado por el doctor Francisco Ruiz de Pablos, al igual que el escrito por el fallecido profesor Luis Garcinuño.

30 años
El octavo tomo refuerza el carácter colectivo de una obra que reúne a cerca de medio centenar de investigadores, que “cobra una especial relevancia a una obra que lleva 30 años desarrollándose, un proyecto colectivo de casi 50 investigadores, abulenses”, ha destacado Calvo.

Según el coordinador del volumen, un trabajo como este lo que hace es “devolver a la sociedad abulense lo que les pertenece, que es su propia vida e historia”. “Los historiadores lo que hacemos es tratar de expresar, de interpretar y de reflejar en unas páginas lo que la sociedad vive”.

Con este volumen se cierra definitivamente la Edad Moderna dentro de la colección, dejando abierto el camino a futuras investigaciones sobre los siglos XIX y XX, lo que queda es “toda la etapa contemporánea, muy rica y que también es objeto de la investigación” y en la que ya se trabaja.

Junto a Ruiz de Pablos y Garcinuño, firman la obra Sonsoles Sánchez-Reyes, Maximiliano Fernández, José María Herráez. Ana Sabe, Raimundo Moreno, Pedro Tomé y María Ángeles Valencia.

El libro, de 1.014 páginas, se elabora como una obra de síntesis y coordinación científica, con “una coordinación de un equipo que funciona muy bien en todos los sentidos”, según Calvo, que ha destacado el trabajo de la comisión científica y de los especialistas que han hecho posible el ambicioso proyecto historiográfico.

Por su parte, el director de la Institución Gran Duque de Alba, Maximiliano Fernández, ha subrayado la “gran satisfacción” porque “después de mucho tiempo se consigue  volumen ocho de la historia de Ávila, cuarto de la Edad Moderna y que dará paso en lo sucesivo a la Edad Contemporánea”.

Numerosos especialistas

El octavo tomo ha contado con la participación de ocho autores y se integra en una colección que reúne ya a cerca de medio centenar de especialistas. Fernández contextualiza el ritmo de publicación de la obra completa y el esfuerzo sostenido que implica, que “cumple justamente ahora 30 años”, por lo tanto, “sale a una media de 3,2 años volumen”, que “se está retrasando un poquito más”. Según Fernández, la dimensión del proyecto se debe a “un enorme esfuerzo al ser una obra muy costosa y de muchos autores, de mucha calidad técnica y, en consecuencia, una apuesta importante por la cultura y por el conocimiento”.

El presidente de la Diputación, Carlos García, sitúa la obra en un marco más amplio, vinculado a la identidad colectiva y a la necesidad de comprender el pasado: “Difícilmente podremos afrontar el futuro con garantías si desconocemos nuestro pasado”.

Durante su intervención, el presidente de la Diputación ha resaltado el trabajo de los autores, “y de manera muy especial a dos personas que no nos acompañan, tanto Luis Garcinuño, una persona que se entregó en cuerpo y alma a la institución, y a Francisco Ruiz de Pablos, catedrático de latín y uno de los mayores expertos a nivel nacional de la Inquisición”.

También ha agradecido “a todas aquellas personas que han aportado desde un texto, una fotografía o una bibliografía”, recordando que fue en 1987 cuando comienza a prepararse la obra, cuyo primer volumen se publicó en 1995.