Eso sí, con menos figuras que otros años. La presidenta de la Asociación de Vecinos, Natalia Vallejo, explica las dificultades que han marcado esta edición, porque en principio contaban con 30 personas, “pero la gripe causa estragos y hay unas cuantas bajas”. “No tenemos castañera y hemos tenido que sustituir a San José en el último momento” por culpa del virus gripal.

Lejos de suponer un obstáculo, la representación ha contado con 23 vecinos que ha asumido distintos papeles y tareas para que el belén mantenga su atractivo visual. Desde los más pequeños trabajando en el huerto hasta el panadero en su obrador y el carpintero trabajando la madera, pasando por los puestos de telas, de alfarería y de plata.

“Lo más importante es pasar una jornada agradable, que es lo que intentamos, y seguir haciendo barrio, que es el lema de esta asociación”, ha contado Vallejo. “La asociación es como una pequeña familia de vecinos en el que todos son bien aceptados, y para hacer esa familia hace falta un vínculo y tener rocé. Entonces, como el rocé hace el cariño, nos gusta juntarnos así de vez en cuando”, ha explicado en referencia a las actividades que organizan.

Desde el mediodía del domingo hasta las 18 horas, con una pausa para hacer un cocido, los vecinos hacen su papel en el belén, en el que no falta un caganet cerca del portal de belén.

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