Del Sábado, 06 de Diciembre de 2025 al Lunes, 08 de Diciembre de 2025
La población de cigüeña negra en Castilla y León se mantiene estable según los datos más recientes del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad, publicados por la Junta de Castilla y León.
El censo correspondiente a 2024 contabilizó 38 parejas reproductoras en la comunidad, una cifra ligeramente inferior a la registrada en ejercicios anteriores, pero dentro de la banda histórica de entre 40 y 50 parejas mantenida durante el último sexenio. Cuatro son las parejas localizadas en la provincia de Ávila, tres de ellas en el Valle del Tiétar.
Según detalla el informe, la mayoría de ejemplares se concentran en la provincia de Salamanca, donde se localizaron 24 parejas, además de dos territorios compartidos con Portugal. Les siguen Zamora con nueve parejas, Ávila con cuatro y Segovia con una. Este reparto geográfico consolida el suroeste regional como el principal enclave de nidificación, especialmente en las zonas de especial protección para las aves (ZEPA) de los Arribes del Duero, Cañones del Duero y Campo de Azaba.
Productividad reproductora
El seguimiento realizado por la Junta confirma el éxito reproductor de 33 de las 38 parejas detectadas, con 80 pollos volados, lo que se traduce en una productividad media de 2,42 pollos por pareja. Esta cifra supone el mejor resultado desde 2017 y supera ampliamente la media nacional de referencia, que se sitúa en 1,52 pollos.
“El año 2024 ha sido el mejor año para la reproducción de la cigüeña negra de la serie temporal 2017-2024”, señala el informe. Este dato positivo, no obstante, debe ser interpretado con prudencia debido a la dificultad inherente del seguimiento de una especie “discreta, dispersa y que habita parajes apartados”, lo que puede derivar en la subestimación de parejas presentes pero no detectadas.
El 78,9% de la población reproductora se encuentra en espacios protegidos incluidos en la Red Natura 2000, lo que refuerza la importancia de estas áreas como refugios clave para la cigüeña negra. Solo ocho territorios censados se sitúan fuera de estos espacios.
Entre los principales núcleos destacan la ZEPA Arribes del Duero, con 13 territorios, y la ZEPA Campo de Azaba en Salamanca, así como la ZEPA Valle del Tiétar, en Ávila, ambas con tres parejas reproductoras. También se han identificado dos parejas en la ZEPA portuguesa Douro Internacional e Vale do Águeda.
Respecto a los lugares de nidificación, de las 35 parejas con nido localizado en 2024, 22 se asentaron en cortados rocosos y 13 en árboles, principalmente pinos negrales (Pinus pinaster).
Seguimiento intensivo
El seguimiento anual se lleva a cabo desde 2016 y forma parte del programa regional de conservación. Este trabajo implica dos fases de campo: una primera, de localización de parejas y verificación de nidos entre febrero y abril; y una segunda, entre junio y julio, centrada en el éxito reproductor.
El censo es desarrollado por personal técnico de la Junta en coordinación con la Fundación Patrimonio Natural, agentes medioambientales y celadores de medio ambiente. Según explica la consejería, “cada año desde marzo hasta octubre se realizan visitas periódicas a los territorios de reproducción para hacer el seguimiento”, anotando eventos clave como la llegada de los adultos, el inicio de la incubación o la emancipación de los pollos.
La cigüeña negra (Ciconia nigra) es una especie migradora incluida en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas como “vulnerable”. A diferencia de la cigüeña blanca, evita la presencia humana y elige enclaves remotos para reproducirse, como sierras boscosas, roquedos fluviales y zonas con abundante agua cercana.
En Castilla y León, el seguimiento continuo desde 2016 permite evaluar su estado de conservación, identificar amenazas y adoptar medidas de gestión. La especie forma parte del grupo de aves forestales amenazadas cuya evolución está bajo especial vigilancia, junto a otras como el águila imperial ibérica o el buitre negro.
De cara al futuro, la Junta se ha comprometido a reforzar la prospección en zonas potencialmente favorables con el fin de descubrir nuevos territorios ocupados y mejorar la precisión de los datos poblacionales. Estos esfuerzos permitirán ajustar las acciones de conservación a las necesidades reales de una especie discreta y exigente en sus hábitats.
Plan regional
El censo de la cigüeña negra se enmarca en el Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León, que sigue la evolución de 323 especies de fauna protegida. Este programa responde a los compromisos adquiridos por España en el marco de las directivas europeas de Hábitats y Aves, que exigen información periódica sobre el estado de conservación de las especies silvestres.
Durante 2025, el plan ha incluido también el seguimiento de otros grupos faunísticos como aves acuáticas, esteparias, rapaces diurnas, carnívoros medianos, oso pardo y lobo ibérico. Los datos obtenidos permiten a la Administración autonómica establecer prioridades, adaptar estrategias de gestión y asegurar que Castilla y León cumple con sus obligaciones de conservación de la biodiversidad a escala europea.
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