Se trata de una acción para ampliar la red de recursos residenciales y "seguir garantizando una vida digna e independiente" a personas con discapacidad por enfermedad mental. Y todo ello, a través de un proyecto de adquisición de tres nuevas viviendas supervisadas, que han permitido a esta entidad "dar respuesta" a diez nuevas personas con "elevada necesidad social" y que estaban en lista de espera en el servicio.

La financiación solicitada se enfoca en la cocina, un espacio central que la entidad considera un motor de convivencia, autonomía y recuperación personal.

Los objetivos de esta colaboración son "mejorar" la vida de estas diez personas, fomentar su autonomía personal y la integración comunitaria, y crear tres puestos de trabajo de atención directa en categoría de cuidador, dos en la capital y uno en Sotillo de La Adrada. Esta ampliación supone dar atención a 106 personas con discapacidad, que viven en 23 viviendas supervisadas, 21 en Ávila capital y las otras dos, una en La Adrada y otra en Sotillo de La Adrada.