La sesión ha ofrecido una visión práctica sobre las oportunidades de negocio internacional, las ayudas disponibles y los servicios de apoyo a la internacionalización que ofrecen distintas instituciones. El presidente de CEOE Ávila, Diego Díez, ha destacado que la provincia cerró 2024 “con un crecimiento del PIB del 7,4%, pero también con un dato que obliga a actuar, como que las exportaciones cayeron un 8,2%, mientras que Castilla y León aumentó más de un 16% sus ventas al exterior”. “Tenemos margen de mejora y debemos aprovecharlo”, ha añadido, destacando “un sector agrario y agroalimentario con calidad, tradición, innovación y capacidad para competir dentro y fuera de España”.

Por su parte, Almudena Antón, directora de Zona Sur de la Dirección Territorial de Cajamar en Castilla y León, ha destacado que “en el momento actual, no basta con producir bien, hay que lograr diferenciarse”. La competitividad “se convierte en un factor decisivo”, donde “calidad, trazabilidad, innovación, sostenibilidad y logísticas sólidas son ahora requisitos imprescindibles para ganar y mantener clientes dentro y fuera de nuestras fronteras”.

Antón ha señalado que, a pesar de la incertidumbre económica global, “España ha sabido mantener una posición sólida en el comercio exterior”, donde “sectores como el agroalimentario, auténtico pilar de la economía abulense, se erige como referente mundial por su calidad y excelencia”. 

El informe ‘Análisis de las exportaciones agroalimentarias’, presentado por José Antonio Guerrero, director de Desarrollo de Banca de Empresas de Cajamar, ha ofrecido una radiografía del papel que desempeña el sector agroalimentario en la economía exterior española. “El sector agroalimentario no solo ha ganado peso, sino que se ha convertido en un pilar estructural del crecimiento exterior de nuestro país”, ha afirmado.

Guerrero ha remarcado que “su evolución es robusta en términos de volumen, valor, diversificación de productos y presencia internacional, y su contribución al saldo exterior es insustituible y su dinamismo lo convierte en uno de los sectores más resilientes y dinámicos de la economía española”. No obstante, también ha advertido de que el sector enfrenta retos importantes, como la “necesidad de diversificación geográfica, la dependencia de determinados productos estrella, la exposición a riesgos climáticos, el aumento de costes energéticos y las nuevas exigencias regulatorias”.